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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: El espectáculo y los 40.000

Oviedo y Sporting esperan llenar sus campos para alcanzar objetivos bien distintos que uno y otro se han labrado por méritos propios

Las aficiones del Oviedo y del Sporting LNE

A falta de tres jornadas para el final de la Liga regular, una de las frases más repetidas entre aquellos que se juegan algo, ya sea alcanzar la gloria o convertirse en polvo, es la de “nadie dijo que iba a ser fácil”. Y en eso están Oviedo y Sporting después de sus resultados del fin de semana. Toca seguir remando en busca de unos objetivos bien distintos que uno y otro se han labrado por méritos propios. Realidades que llevarán –o eso al menos esperan ambos clubes– a que la próxima jornada El Molinón y el Tartiere logren que por sus gradas pasen más de 30.000 personas, que pueden ser 40.000 si el ritmo de venta de las entradas de acompañante, los abonos de final de fiesta y todo el marketing para dar color y contenido al circo del “fúrgol” de la madreñina funcionan.

Por lo demás, y a la espera de alcanzar la ansiada meta, la vida sigue, y en algunos casos, como cantaba Julio Iglesias, igual que siempre. En Gijón, al menos los que mandan tienen claro que se salvará la categoría y que el marrón del descenso se lo comerán otros. De ahí que tengan ya atado a un nuevo secretario técnico, de nombre Fran Rico. Lo que queda por desentrañar es cómo será el reparto de funciones y de mando.

¿Será Rico (Javier) el jefe de Abelardo y Rico (Fran)? ¿Tendrá el Pitu plenos poderes y los Rico se limitarán a fichar los nombres de la lista de la compra (de jugadores) que les entregue el técnico? ¿Acabará este triunvirato como acabaron en su día Nico Rodríguez y Abelardo? Quién sabe lo que ocurrirá, pero el espectáculo promete. Y mucho.

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