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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Contingentes y necesarios

La boloneta mejora, pero que le queda mucho para poder dejar el gasóleo de garrafón y pasarse al queroseno, mientras en Gijón los padres del pueblo esperan la presentación del "proyectón" mundialista por parte de Orlegi

Un acción del Zaragoza-Oviedo Área 11

El día en el que Casillas –muy mal les sienta a algunos la vida civil– abraza la causa de la bandera arcoíris para luego culpar a un hacker de su atribulada cabecita –sí, son tiempos de pieles finas, pero es lo que hay–, el oviedismo se fue a la cama meditabundo sobre el partido de los suyos en La Romareda. La famosa boloneta sigue a tirones, aunque en la segunda parte carburó mejor de lo que se esperaba visto lo visto. Pero aún sigue usando gasóleo de garrafón. Le queda mucho para poder pasarse al queroseno de cazabombardero.

Aunque, siguiendo la filosofía del míster, habrá que centrarse en lo bueno: un punto e imbatible lejos del Tartiere. Lo de los partidos de casa es otra historia. Y el Huesca del Cuco por allí resopla, que el "fúrgol" no da tregua y el miércoles hay nueva actuación. Veremos si Ziganda tiene que rezar un responso con las viuditas y viuditos que dejó por estos lares. Aunque al Oviedo ya le toca ganar de una vez como local y, de paso, hacer bueno el punto ante el Zaragoza por eso de que anda cerca el precipicio, aunque en esta categoría la clasificación de poco vale hasta las jornadas finales.

Mientras, a 28 kilómetros se espera como coca-cola en mitad del desierto la reunión que tendrá lugar entre las fuerzas vivas ––"¡Alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario!", de "Amanece, que no es poco"– y el Grupo Orlegi en la que la clase política local conocerá el "proyectón" 40-100-300 que México tiene para que El Molinón sea mundialista. Habrá que estar a la expectativa y estudiar con lupa cómo salen de la cita los padres y madres del pueblo, si blancos, rojos o amarillos. Entre tanto, empieza lo serio en el Gijón Open tras cerrarse la fase previa. La organización del torneo ya habla de éxito y ya quedan pocas o ninguna entrada para los partidos con picante. En la ciudad donde siempre mandó el balón no está mal despejar la cabeza y cambiar de vez en cuando de deporte, que no todo va a ser "fúrgol", ¿oyisti, güey?

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