Atenas

El Parlamento griego aprobó pasada la medianoche el nuevo plan de severo ajuste pactado por el Gobierno de unidad nacional heleno con la llamada «troika» (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) por el que el país será objeto de un segundo rescate financiero multimillonario que evite su suspensión de pagos y su previsible, en ese caso, salida del euro. Mientras en la Cámara se desarrollaba anoche el debate, en la calle, frente a la sede del poder legislativo, se recrudecieron los disturbios y las protestas contra el nuevo paquete de austeridad que se aplicará en el país.

Al menos un centenar de personas resultaron heridas (40 de ellos, policías, dos de gravedad), y unos 50 manifestantes fueron detenidos durante los duros enfrentamientos, con intercambios de gases lacrimógenos, cócteles molotov y otros artefactos incendiarios.

Como consecuencia de esta refriega, una docena de edificios (cines, bancos y cafeterías) estaban anoche en llamas sin que los bomberos fuesen capaces de sofocarlas.

El primer ministro griego, Lukás Papadimos, advirtió a los diputados, antes de votar, que de la aprobación del plan dependía la continuidad de Grecia en el euro y en la UE.

La manifestación contra el acuerdo internacional ha sido una de las más multitudinarias registradas en los últimos meses, con más de 100.000 personas concentradas en diversos puntos de la ciudad bajo la vigilancia de 5.000 policías antidisturbios desplegados en la capital.

Los altercados arrancaron cuando el músico Mikis Theodorakis, uno de los convocantes de la protesta junto a los sindicatos, pidió a la Policía que le permitieran subir a las escaleras del Parlamento para dirigirse a las masas. En ese momento, los antidisturbios arrojaron gases lacrimógenos a los miles de personas concentradas en la plaza Sintagma, «sin que mediase provocación», según explicaron a «Efe» testigos presenciales.

El pacto supone que Grecia recibirá una inyección adicional de 130.000 millones de euros (que podría elevarse a 145.000) por parte de la UE, BCE y FMI y que los acreedores privados del país renunciarán a recuperar el 50% del importe de los bonos públicos helenos en su poder, lo que supone condonar a Grecia 100.000 de los 206.000 millones que debe a los tenedores privados de su deuda soberana. Todo ello tiene por objeto que la deuda pública del país se reduzca del 160% del PIB griego al 120% en 2010. A cambio, Atenas se compromete a acometer en tres años nuevas reformas económicas y recortes sociales equivalentes al 7% del PIB. Todo ello con el objeto de ahorrar ya este mismo maño 3.325 millones.

El salario mínimo se reducirá un 22% y el Estado despedirá a 150.000 funcionarios. El Gobierno tendrá que extraer de otras partidas aún no especificadas otros 300 millones de euros.