Las grandes tragedias de la siderurgia y el antecedente de Baterías

La historia de la siderurgia asturiana está llena de accidentes graves que empequeñecen el suceso de ayer, que no provocó víctimas.

En las compañías que dieron origen a lo que hoy es ArcelorMittal en Asturias se produjeron inolvidables tragedias. Así, por ejemplo, en la construcción de los hornos altos de Veriña se produjo la muerte de siete trabajadores cuando se desplomó una cúpula de 20 toneladas de peso. Fue en abril de 1970. Casi un año después, en febrero de 1971, un depósito receptor de vapor de la acería LD-1 de Ensidesa, en Avilés, estalló. En la acería había cientos de trabajadores. La ensordecedora explosión destruyó cristales en varios kilómetros a la redonda y lanzó planchas de acero, válvulas y todo tipo de piezas de gran tonelaje a gran distancia . La explosión se llevó por delante la vida de ocho trabajadores y dejó un centenar de heridos.

Fueron los sucesos negros de la siderurgia asturiana. En los últimos años no se han producido tragedias, pero si sucesos que dispararon todas las alarmas. Entre ellos varios incendios, como ayer. Así, en enero de 2009 ardió el sistema eléctrico de los convertidores de la actual acería de Avilés, la LD-III, y en octubre de 2018 ardió la cinta transportadora de carbón de las baterías de coque de Avilés y dañó estas instalaciones. A pesar de que estaba previsto que en un año cerraran las baterías –ya estaban en obras las nuevas de Gijón– ArcelorMittal decidió invertir en su reparación. Consideró que era más rentable restablecer la producción, aunque solo fuera para un año, que traer el coque que alimenta los hornos altos en barco desde otras plantas. Ahora Arcelor deberá decidir si repara el horno alto "A" o lo deja morir.

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