Adiós al ingeniero ovetense Ángel Arias, hombre de empresa y artista polifacético

Presidió la Sociedad Regional de Promoción y fue consultor del Banco Mundial y pionero en la tecnología informática aplicada a la industria

Ángel Manuel Arias, en una imagen de octubre de 2021. | Ricardo Solís

Ángel Manuel Arias, en una imagen de octubre de 2021. | Ricardo Solís / Yago González

Yago González

Yago González

"Fue el Leonardo da Vinci de mi vida. Una persona tremendamente inteligente y culta, con unas altísimas capacidades. Le pedía en broma que se pusiera a cantar, a ver si descubría algo que se le diera mal". Con estas palabras recordaba ayer Margarita Collado, exvicepresidenta de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Asturias, al ingeniero de minas asturiano Ángel Manuel Arias Fernández, fallecido ayer en Madrid a los 75 años después de casi una década de lucha contra esta enfermedad. Una dolencia de la que supo extraer material literario para ayudar a otros pacientes como él y recaudar fondos para contribuir a combatirla.

Nacido en Oviedo en 1948, en efecto Arias no era sólo ingeniero, aunque destacó en esta especialidad, de la que se doctoró por la Universidad asturiana con una tesis de ámbito económico, sobre desarrollo regional comparado. Fue profesor de Álgebra y de Proyectos en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo, labor que compatibilizó con su trabajo como jefe de investigación metalúrgica de laminados en la antigua Ensidesa (actual ArcelorMittal). También ocupó la función de tesorero del Consejo Superior de Ingenieros de Minas de España.

Pero esa fue sólo una de sus facetas. Se licenció en Derecho por la Universidad Nacional a Distancia (UNED), ejerciendo como abogado y consultor, especialmente en asuntos relacionados con derecho administrativo y ambiental, en el bufete De Diego y Arias. También llegó a realizar labores de consultoría externa para el Banco Mundial en proyectos de agua y residuos.

Aunque vivía desde hace muchos años en Madrid, Arias desempeñó importantes posiciones en el sector público y privado en Asturias. Aquí dirigió la Sociedad Regional de Promoción del Principado (SRP), entidad público-privada que desde 1984 ofrece financiación para empresas de la región. Asimismo, estuvo al frente de la empresa pública Ingeniería y Diseño (IDSA) y del Centro de CAD-CAM de Asturias, donde impulsó tecnología informática destinada al diseño y fabricación de piezas y prototipos industriales. También ayudó a poner en marcha proyectos de gestión de agua, residuos, energía y medio ambiente.

Además de las ciencias, Arias cultivó las artes. Exhibió sus pinturas y dibujos en ciudades como Oviedo, Ávila, Madrid o Düsseldorf, y escribió tres novelas ("Un mensaje para Elías", "Manual para perder una guerra" y "Con vencidos"), un libro recopilatorio de 200 relatos ("Cuentos de estación") y varios libros de poesía. Desde 2007 publicaba apuntes y reflexiones sobre temas diversos en el blog "Al soicare", y en la recta final de su vida, ya aquejado de dos tumores y obligado por ello a numerosos ingresos y tratamientos, publicó "Sonetos desde el hospital", con varios poemas dedicados a su esposa, María Jesús. Arias deja dos hijos y cuatro nietas.

Testimonio

El fallecido destinó íntegramente las ventas de ese libro a la AECC, organización con la que colaboró estrechamente dando conferencias y compartiendo su testimonio en varios actos realizados por toda España. "Era un hombre encantador, de los que dejaban huella", afirmaba ayer Margarita Fuente, expresidenta de la AECC en Asturias. En una presentación celebrada en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA a finales de 2021, Arias afirmaba que "no hay que avergonzarse si se necesita ayuda psicológica, porque un cáncer es un mal regalo y no todas las personas reaccionan de la misma forma frente a él". En la intervención, el ingeniero aconsejaba a los pacientes que hablaran con sus médicos: "El mejor oncólogo del mundo es el que nos toca a cada uno de nosotros".

Uno de sus libros, "Cómo no montar un restaurante", reflejaba su enésima faceta, la de empresario hostelero. Junto con la modelo gallega Laura Ponte dirigió durante varios años en Madrid el restaurante AlNorte. Allí tenía lugar uno de sus grandes placeres: las tertulias literarias.

En verano, su casa de San Bartolomé (Belmonte de Miranda) acogía veladas que podían alargarse hasta el amanecer. Junto a familiares y amigos, Ángel Arias recitaba versos, muchas veces acompañado de una guitarra, y hablaba sobre todo tipo de temas. Porque nada de lo humano le era ajeno.

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