La defensa del soldado venezolano que apuñaló en el cuartel de Jaca al gijonés Iván Castiello ha pedido que sólo se le impute un delito de lesiones y no de homicidio, al considerar que la agresión no fue mortal y que el fallecimiento se debió a una supuesta negligencia médica ocurrida en el quirófano del Hospital de Alta Resolución del Pirineo de Jaca, donde Iván Castiello fue intervenido tras el apuñalamiento.

Esta tesis de la defensa se apoya en el informe del médico forense, que señala que la muerte sobrevino por ahogamiento, según las mismas fuentes. La defensa apunta que el informe del forense dice que el apuñalamiento, que tuvo lugar en el abdomen, no afectó a ningún órgano vital, «ni el intestino delgado, ni el colon, ni el hígado, ni el estómago, ni el páncreas, ni el diafragma», según la defensa.

El ministerio fiscal, sin embargo, pide que el soldado venezolano sea imputado por un delito de homicidio. El juez que instruye el caso aún no ha definido su postura y aunque ha encarcelado de forma preventiva al agresor, no ha explicitado en el auto de prisión qué delito le imputa.

El joven gijonés fue apuñalado el pasado viernes en el cuartel de la Escuela Militar de Alta Montaña de Jaca, después de que hubiera reprochado a su agresor que entrara haciendo ruido cuando había personas que estaban durmiendo.

El agresor, que se encontraba bajo los efectos del alcohol, reaccionó violentamente contra el joven gijonés. Según su abogado defensor, su estado de embriaguez era tal que su cliente no recuerda nada de lo sucedido.

Familiares de Iván Castiello señalaron ayer sobre esta versión que «eso es lo que dice el abogado del sinvergüenza, que va a pedir lo mínimo» cuando se celebre el juicio. Agregan que tienen la «impresión» de que en este caso «hay ganas de tapar algo».