Miriam SUÁREZ

Una sociedad de ocho constructores gijoneses compró hace cinco años la casa señorial del marqués de Tremañes para su adscripción, como sistemas generales, a distintos sectores urbanizables de la ciudad. Los trámites para la cesión definitiva al Ayuntamiento se encuentran, según fuentes municipales, «a punto; ya en la recta final».

El conjunto arquitectónico, construido a mediados del siglo XVIII, consta de vivienda, capilla y más de 60.000 metros cuadrados de jardines, que el equipo de gobierno pretende convertir en un gran parque público, abierto a toda la ciudad. Falta por decidir el destino del edificio residencial, para el que se barajan «distintas alternativas».

En su día, se pensó en destinar el palacio a fines sociales relacionados con la infancia. Aunque la decisión final no se adoptará hasta que el Ayuntamiento disponga formalmente de la propiedad. Como primer paso, el nuevo catálogo urbanístico municipal incorpora su fachada y sus jardines, protegiendo así el futuro de la llamada quinta «La Torre» como patrimonio de la ciudad.

Su cesión está vinculada a una decena de desarrollos urbanísticos, localizados en Nuevo Gijón, El Cerillero y Contrueces. La situación de nueve de esas operaciones ya permite el traspaso de titularidad. El Ayuntamiento podrá recibir esa parcela en concepto de sistemas generales (para dotaciones públicas) después de que los constructores negociasen con los siete herederos, la usufructuaria y el albacea que dejó la anterior dueña, Josefina González Ortiz.

El recuerdo de su fallecimiento, en abril de 2002, está grabado en uno de los rincones ajardinados más bonitos de la finca. Como el de sus padres, Nemesia Ortiz de la Torre -apellido que le ha dado nombre a la propiedad- y Antonio González Vigil, que compraron a los herederos del marqués su residencia palaciega.

A la espera de que el Ayuntamiento se haga cargo de la finca «La Torre», los constructores velan por su mantenimiento. Este periódico ha tenido acceso a la parcela, donde Duli Álvarez -una de las primeras mujeres jardineras de Asturias- cuida de cipreses traídos de París, tejos del Líbano y cedros del Himalaya. Entre las muchas esculturas que ornamentan el jardín, destaca una de porcelana. Dicen que su gemela se encuentra en un palacio de Florencia. También da que hablar la Virgen situada sobre la puerta de la capilla, que algunos atribuyen al artista Sebastián Miranda. Pronto, todo ello, saldrá a la luz.