Selene ALONSO

Hija adoptiva, medalla de plata o, incluso, una calle propia. Es lo que se pide para reconocer los méritos de Mercedes Ben Salah, una cantante asturiana más que conocida gracias al éxito de su canción «El de los ojos negros». La artista estuvo ayer en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón para hablar sobre su nuevo disco y para expresar su agradecimiento a su familia, sus amigos y su club de fans por estos honores, pero sobre todo, a Miguel Esteban Torreblanca, presidente de la Asociación de Amigos del Teatro Costumbrista Asturiano.

Torreblanca no tenía ayer más que halagos para Ben Salah, a quien considera «su niña». En su opinión «esta gran mujer se merece todo esto y más». Miguel Esteban ha sido quien se ha encargado de solicitar en el Ayuntamiento «el nombramiento de Hija Adoptiva de Gijón, medalla de oro (o de plata), o que se ponga su nombre a una calle», pero las posibilidades se han visto un poco reducidas, puesto que en la Corporación le han asegurado que «la medalla de oro queda descartada, pero en un comité, que se reunirá en diciembre, se barajarán las posibilidades de poner el nombre de la calle o su " adopción"».

La cantante nació en Mieres en 1975, por eso Torreblanca también se desplazó hasta esta ciudad para solicitar su nombramiento como «hija predilecta», lo que en palabras de Ben Salah, «me haría sentir una mujer muy afortunada».

Esta artista ya cuenta con cinco trabajos discográficos: «Sola», «Para tus ojos», «Mucho Arte», «Enamora» y «Agárrate», y actualmente está promocionando su sexto álbum, «Gracias». Se trata, su nuevo trabajo, de una recopilación de los temas interpretados en su actuación/homenaje del pasado octubre en el teatro Jovellanos y en el que aparecen varios duetos con otros artistas de la región.

Ben Salah aprovechó el coloquio de ayer para citar, «a todo aquel que quiera asistir» a la presentación de su último trabajo este domingo a las 12.30 horas en el Ateneo de la Calzada. Del mismo modo también habló de su libro, «Todos somos iguales hasta que nos vestimos», fruto de una sugerencia de César García Santiago, editor de «La Cruz de Grado», que propuso a Mercedes hacer una recopilación de las historias de su carrera y «contar su trayectoria». Precisamente e es un trabajo del cual la artista se siente tremendamente orgullosa, aunque bromea al asegurar que «si llego a saber lo estresante que iba a ser me habría pensado dos veces el hacerlo». Lo que no es de estrañar, puesto que el libro vio la luz del día en tan sólo tres meses desde la propuesta.