Gijón, Emma PRIETO

Luis Truan, uno de los pocos descendientes vivos del caricaturista asturiano Alfredo Truan (Gijón, 1895-1964), que tuvo renombre internacional, recorría ayer emocionado una sala del Museo Nicanor Piñole. «Alfredo está aquí. Podemos verlo a través de sus dibujos que muestran lo que era: un hombre con un carácter encantador y gracia innata», contaba Luis Truan, transmitiendo con sus palabras su satisfacción por el hecho de que la Fundación Municipal de Cultura de Gijón haya recuperado algunas de las caricaturas de su antepasado, para ofrecerlas como un aperitivo cultural, fresco y diferente, para el verano asturiano. Unos trabajos que, de paso, recuperan para el presente a un ilustre artista gijonés.

El museo Nicanor Piñole, ubicado en la plaza de Europa, se ha impregnado, así, con una muestra de sorna y simbolismo, de dibujos y caricaturas llenas de imaginación y realidad que trasladan al visitante a los años 20 y 30. La exposición, «Caricaturas personales», se prolongará hasta el 29 de septiembre.

Son treinta las caricaturas reproducidas por procedimientos fotográficos que después fueron coloreadas por Truan con el pincel. Representan a personajes conocidos de Gijón, entre los que se encuentra el conocido médico gijonés Eladio Eguren, el ingeniero Emilio Manso, el periodista Eugenio Suárez Llanos, el político conservador Nicanor de las Alas Pumariño, el crítico de arte José Francés junto a su esposa, Luis Pirez, Matías Tejera, incluso futbolistas gijoneses de la época. Lucía Peláez, directora del museo, explica que «la mayor parte son composiciones de cuerpo entero e incorporan una serie de elementos auxiliares que, junto a la actitud del personaje, sirven para caracterizarlos, indicando su profesión, gustos y personalidad».

El título de la exposición hace referencia al álbum que el artista publicó en 1931 con el mismo nombre y que editó en el taller de fotograbado que funda con su hermano Luis en 1926. Las caricaturas originales que Alfredo Truan dibuja para este álbum, que ahora se presentan junto al cuaderno «Desfile de artistas de 1940» y algunas de sus viñetas y chistes, ponen de manifiesto la sutileza humorística y la modernidad de este autor. «Los dibujos están tan bien hechos que más que una caricatura parecen personajes de cómic» comenta Nel Riesgo, director de la Fundación Municipal de Cultura.

«Este álbum formaba parte del museo Jovellanos pero hemos pensado que sería conveniente trasladarlo al Nicanor Piñole porque retrata personajes de los años 20 y 30 e ilustra el ambientillo que vivían artistas como Piñole, Evaristo Valle y el mismo Arturo Truan» explica Lucía Peláez, directora de ambos museos.

La dedicación de Alfredo Truan Álvarez al dibujo y a la pintura es otra expresión del talento artístico que marcó a toda la familia. Su sobrino recuerda que «su bisabuelo Luis Truan Lugeon, fue uno de los fundadores de la fábrica de vidrios "La Industria", empresa para la que también trabajó su abuelo, su padre y su tío, Arturo Truan Vaamonde».

Lucía Peláez y Saturnino Noval, conservador del museo reconocen que quedaron fascinados al ver la colección, algo que esperan que les pase también al público que llegue atraído por estas obras. «No reproduce todos los personajes de la época, pero sí los más relevantes» explica Peláez y destaca que «aunque el museo tiene un equipo pequeño, trabajamos mucho y además tenemos muy buenos colaboradores», como el caso de la familia Truan que ha cedido esta colección «para que no se pierda» explica uno de los sobrinos, contento, además por «la amplitud y luminosidad de la sala» que da cobijo a este legado familiar. Un legado en forma de caricaturas, ideales para el verano cultural gijonés.