Tras una semana de estancia en el puerto de El Musel, confinados en un camarote del buque «Thor Thunder», los cuatro ciudadanos de Sierra Leona que llegaron como polizones a Gijón navegan ya de regreso a casa. Un billete de vuelta a África en una aventura que no salió como esperaban, y que no les permitió quedarse en suelo español en busca de mejores oportunidades.

El carguero que atracó en la novena alineación del Muelle de la Osa el pasado día 12 zarpó a última hora de la tarde del lunes con los cuatro africanos a bordo, después de haber permanecido durante siete días vigilados en una de las dependencias de la nave. Casi nada fue lo que pudieron ver de El Musel; apenas a algunos trabajadores del puerto que les facilitaron tabaco, agua y comida. Los polizones también les pidieron ropa, articulando apenas unas palabras en inglés y comunicándose por señas en la mayoría de las ocasiones.

Durante todo el tiempo que permanecieron en aguas gijonesas lo hicieron controlados por algún miembro de la tripulación, compuesta en su mayoría por marineros filipinos, quienes se encargaron de la manutención de los polizones, «bastante tranquilos» en su estancia, según algunos trabajadores del puerto. Los policías que inspeccionaron el barco a su llegada a Gijón, al conocer que a bordo viajaban personas de forma clandestina, comprobaron además que su estado de salud era bueno y no se requirió ninguna ayuda humanitaria. Tampoco mostraron intención de solicitar asilo político en España.

Fue el propio armador del barco, de bandera de Hong Kong y con una representación empresarial en Valencia, quien propuso a las autoridades regionales una solución para los cuatro africanos, como confirmaron ayer fuentes de la Delegación del Gobierno en Asturias. En un principio, y según esas mismas fuentes, el armador ofreció la posibilidad de costear los billetes de avión a los cuatro ciudadanos de vuelta a Sierra Leona para proceder a su repatriación. No obstante, se descartó esta alternativa ante la posibilidad de que la documentación que portaban los cuatro polizones fuera irregular.

Para evitar nuevos conflictos en ese caso, el capitán del «Thor Thunder» se ofreció a llevar a los polizones de vuelta a Sierra Leona. Para ello, el barco deberá hacer escala en el país antes de llegar a su punto de destino final: la capital de Gabón.