Tras un aparente incendio se ocultaba el escenario de un posible crimen. El cadáver de Amador Acebal Marcos, de 56 años y viudo, fue encontrado por funcionarios del Cuerpo de Bomberos y de la Policía Local al filo de las 9.00 horas de ayer cuando derribaron la puerta de un inmueble del primer piso del número 14 de la calle Pinzón, en El Cerillero, que se había incendiado. Se tardó más de dos horas en levantar el cadáver y los agentes de la Policía Científica aún permanecieron a lo largo del día investigando minuciosamente el lugar de los hechos, obligados por las fuertes sospechas de que Amador Acebal pudo ser asesinado. Su cadáver presentaba evidentes signos de violencia, con cortes por arma blanca en el cuello.

Hacia esta hipótesis apuntan las primeras investigaciones del Cuerpo Nacional de Policía. La autopsia del cuerpo de la víctima, que se había mudado hace unos meses al piso del barrio de La Calzada, corrobora la teoría de un posible asesinato, algo que pareció claro desde la primera inspección ocular del lugar de los hechos por parte de los agentes. Asimismo, los destrozos ocasionados por el incendio, por el que tuvo que ser trasladada a un centro sanitario una vecina del edificio por inhalación de humo, hacen pensar que fue intencionado una vez analizado el foco del mismo. La principal hipótesis de la investigación, de hecho, concluye que el fuego pudo ser provocado por un supuesto asesino para ocultar las pruebas del crimen.

Sobre las 8.30 horas, la joven que luego tuvo que ser atendida por intoxicación -única vecina que tenía en el viejo edificio de El Cerillero Amador Acebal- realizó el primer aviso por incendio al sentir un fuerte olor a humo. Los bomberos acudieron así una primera vez a la calle Pinzón, pero se dieron la vuelta sin intervenir al no percatarse del origen del fuego, que apenas produjo salida de humo al exterior. "Me llamó ella y cuando llegaba se iban los bomberos. Entonces vimos que la puerta del piso del primero incendiado estaba marcada con humo. Llamamos de nuevo a la Policía Local, y muy rápido llegaron los bomberos otra vez. Tiraron la puerta abajo", cuenta el presidente de la comunidad de propietarios del viejo inmueble, donde su familia tiene un piso que él está reformando. Fue entonces cuando bomberos y Policía Local se encontraron con el cadáver de Amador Acebal.

El suceso sacudió ayer a los vecinos de la pequeña calle Pinzón. "Me ha causado impacto porque le fui cogiendo cariño a base de conversar con él todos los días. Era un hombre tranquilo. Venía y se tomaba un vaso de vino o un café", cuenta la camarera de un bar situado en la misma calle.

Las labores de levantamiento del cadáver y de inspección de la zona se demoraron durante horas. La Policía Científica analizó minuciosamente el piso donde residía la víctima, cuyas paredes y techos estaban ennegrecidos y que tenía algunos elementos del mobiliario calcinados, como un sillón. Desde un primer momento cobró relevancia la hipótesis de que Amador Acebal Marcos ya se encontraba muerto en el momento en el que se originó el incendio.

De hecho, las labores de inspección y registro se extendieron fuera del inmueble, donde trabajadores de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) colaboraron con agentes del Cuerpo Nacional de Policía para levantar tapas de alcantarilla con el fin de buscar un arma blanca utilizada en el supuesto crimen de La Calzada, barrio al que Acebal se había mudado hacía apenas unos meses.