En la tarde de ayer, en el salón de actos de la basílica del Sagrado Corazón, Manos Unidas presentó su campaña para 2014, señalada como la número 55 de la entidad. La sesión, a la que asistió numeroso público, estuvo presidida por María Elvira García Castañedo, responsable de esta ONG en Asturias, acompañada por la religiosa de la Asunción Magdalena Castro Vigil y la colaboradora Loli Rionda. En pantalla podía leerse el eslogan de Manos Unidas para el presente año: "Un mundo nuevo, proyecto común". Y a ambos lados, dos pensamientos, "La fraternidad universal empieza a ras del suelo"; el segundo podría ser otra versión de la misma idea: "Los grandes principios se plantan con minisemillas".

Loli Rionda, que suele ser una excelente comunicadora en esta ya clásica convocatoria, apoyándose en la encíclica de Benedicto XVI "Caritas in veritate", puso de relieve la necesidad de concebir el desarrollo de los pueblos como parte una sola familia estableciendo un vinculo entre las personas. Pese a los avances solidarios, por falta de voluntad no se van a cumplir los objetivos fijados; cada uno de nosotros no ha hecho lo debido. Pero hemos de seguir creyendo que un mundo nuevo está al alcance, pese a las diferencias tan dolorosas, pese a que crece el número de pobres y el acaparamiento de riqueza de unos pocos es escandaloso. El Papa Francisco nos ha exhortado: no podemos seguir como hasta ahora buscando el mayor beneficio y no el bien de las personas. Manos Unidas lucha por desterrar la lógica del interés particular, que no nos acostumbremos a ver el dolor ajeno.

El proyecto que Manos Unidas de Gijón financiará en la presente campaña ha sido solicitado por las salesianas de San Juan Bosco instaladas en Wau, una ciudad de Sudán. Este país, después de sufrir dos guerras civiles, ha quedado destruido. Wau es hoy una población de 500.000 habitantes distribuidos en chozas de barro con tejados de paja, que viven en condiciones de extrema pobreza. La paz se firmó en 2005, y desde entonces la reconstrucción se está haciendo con muchas dificultades debido a la falta de materiales. Y es aquí donde las Hermanas Salesianas han pedido ayuda para edificar un dispensario en Wau que contribuya a mejorar la asistencia sanitaria de la ciudad. El presupuesto, una vez valorados todos lo conceptos, es de 114.258 euros. Una cantidad que sin duda Gijón conseguirá, un año más, merced a su espíritu solidario.

La religiosa de La Asunción Magdalena Castro, que durante 23 años fue misionera en diferentes países de África, celebró la gran tarea realizada por Manos Unidas, en su ya largo medio siglo de existencia. "Aquellas mujeres que impulsadas por su vocación cristiana pusieron en marcha esta gran tarea de fraternidad, hoy siguen aquí", dijo Marile Castro. Explicó cómo fue testigo de la iniciativa de un grupo de chicas en Ruanda que lograron construir un escuela-hogar, incluso con sus propias manos, recurriendo a las religiosas de La Asunción que a su vez solicitaron la ayuda de Manos Unidas" Hoy la escuela-hogar se ha extendido a una granja, a un centro de educación secundaria, a una enfermería...

"La vida cristiana no es una abstracción sino una realidad de acciones concretas", dijo, y Manos Unidas compone una de las voces que debemos escuchar. Para entender bien este compromiso, Marile Castro recomendó la lectura del cuarto capítulo de "La alegría del Evangelio", un pequeño texto publicado en noviembre, donde se recogen sugerencias del Papa Francisco.