Emeline Fourny ha recibido al alta hospitalaria del Hospital de Jove para regresar a su país natal, Francia, donde será ingresada en los próximos días en una institución especializada en problemas mentales.

El padre de la joven que apareció el pasado día 12 de febrero en la playa de La Ñora desorientada y sin recordar ni tan siquiera su identidad, aseguró ayer tras visitar a su hija en el área de psiquiatría del hospital de Jove que la familia pretende continuar con el tratamiento médico de la joven. "Se siente cada día mejor pero en cuanto salga de aquí será trasladada a una institución en donde la puedan tratar en Francia. Aún no sabemos cuál será, son difíciles de encontrar", argumentó Bruno Fourny.

Mientras su familia decide su futuro más inmediato, la chica trata de recomponer su memoria. Su padre afirmó ayer que el tratamiento al que estaba siendo sometida la francesa en el Hospital de Jove iba dando poco a poco sus frutos. A pesar de que aún no tiene claras las razones que la trajeron hasta Asturias, la chica ha conseguido ya reconstruir, al menos en parte, el largo viaje que la llevó hasta la playa de La Ñora. "Ahora ya se acuerda de los sitios por donde pasó de camino", relató ayer el progenitor -político del partido socialista francés-, después de abandonar el centro médico a donde accedió a las cinco de la tarde acompañado de su mujer, Florence Houlier, y con ropa y bombones para su hija. Según comentó el padre, Emeline Fourny recuerda que pasó, con el coche que se llevó de Toulouse, propiedad de su padre, por ciudades como Bilbao o San Sebastián poco después de abandonar su casa sin decirle nada a nadie y dejando una escueta carta a su madre como despedida. Se da la circunstancia de que la joven transitó, sin saberlo, por la región natal sus tatarabuelos, naturales del País Vasco.

Precisamente desde ese lunes día 10 de febrero ni sus padres ni sus amigos tuvieron noticias de Emeline Fourny hasta que la Guardia Civil difundió su foto y la policía francesa la reconoció como la víctima de un violento robo que había tenido lugar a finales del mes de enero.

Pero hay piezas del puzzle que aún no encajan. En el momento en que fue localizada la chica llevaba escrito a boli en sus manos un extraño mensaje que aún no tiene explicación. Alguien -quizá ella misma-, había grabado en inglés "Perdóname, he fallado". Cuando fue rescatada la chica sólo recordaba haber cogido un tren de Oviedo a Gijón y luego un autobús con destino a Villaviciosa. No llevaba documentación ni cartera encima. Sólo 53 euros distribuidos en un billete y tres monedas. El jueves, tres días después de su localización, Emeline pudo reconocer a sus padres cuando la visitaron por primera vez en el Hospital de Jove.

La mente de la joven -estudiante del último curso de la licenciatura de Derecho-, va despejándose mientras sus amigos continúan sorprendidos de lo que le sucedió a una chica "extrovertida y muy abierta, encantadora, simpática y habladora", tal y como la definía un joven salmantino que trabó amistad con ella cuando ambos cursaban un Erasmus en Bratislava.