Avelino Arias, empleado de la administración número 29 de loterías, El Maño, situada en la avenida Gaspar García Laviana, recibía ayer la noticia de que había repartido el primer premio de la lotería nacional como una especie de resarcimiento por no haber tenido apenas suerte en los sorteos de Navidad y el Niño. "Dimos un poco de un quinto en el extraordinario de diciembre pero casi nada", rememoró el lotero.
Se da la curiosa circunstancia de que hace poco más de un año, en agosto de 2013, en esta misma administración habían devuelto una hoja de décimos con el número que luego resultaría agraciado con el segundo premio, el 66.362, una combinación con la misma terminación que la que esta semana volvía a visitar la administración gijonesa. Esta vez el número vendido era el 42.462 y, afortunadamente, no se devolvió. La suerte y los 2.4000.000 euros que correspondieron al premio se repartieron de Pumarín a El Coto y supieron a gloria.
