La Asociación Democrática Asturiana de Familias con Alzhéimer (Adafa) está pasando por una situación "muy delicada". Así lo denunció ayer de manera pública su presidenta, Concha Mena, en una comparecencia con decenas de familias afectadas.

Tal y como relata Mena, la entidad, "sin ánimo de lucro y creada precisamente para ayudar a las familias que no disponen de recursos para el cuidado de sus enfermos de alzhéimer", se ha visto abocada en los últimos meses a grandes dificultades económicas después de que los socios adelantaran 40.000 euros para la puesta en marcha de unos talleres de psicoestimulación el año pasado.

Dichos talleres, que ya se habían organizado en el año 2013, contaban con una subvención que llegaba a la entidad a través de la Consejería de Bienestar Social, y como indicó ayer Concha Mena. "En el año 2014 la FAMPA nos comunicó que de nuevo el Principado nos daba luz verde para hacer el mismo taller con el mismo importe, y así lo hicimos y justificamos cada gasto", asevera la presidenta de Adafa. La sorpresa llegó cuando, a la hora de presentar la justificación correspondiente al 2014, "nos dicen que no nos pagan las cuantías de los gastos", porque, al parecer, "existía un convenio entre la Consejería y la Obra Social de Cajastur, que no llegó a efecto".

Así las cosas, y tras indicar el Principado que se iniciarían los talleres, los familiares se han visto con 40.000 euros menos que debería haber costeado el Principado. "Es una cifra que para una asociación como la nuestra supone muchos años de cuotas para los socios", recalca la presidenta. Aún así, y gracias a una propuesta de subvención de la Consejería por 9.900 euros, han puesto en marcha un taller de 17 días, "lamentable que sean tan pocas las tardes de alivio para las familias", denuncia la asociación, que ha visto denegadas la mayor parte de las peticiones de subvención este año y sigue esperando por un centro de día en Gijón.