Roberto A. P., el vecino de El Natahoyo de 63 años acusado de intentar matar a su pareja a martillazos el 11 de noviembre en el domicilio que ambos compartían en la calle Luis Braile, ingresó ayer en prisión por orden de la magistrada titular del juzgado de violencia contra la mujer de Gijón. El reo, que está acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa, fue puesto a disposición judicial después de que el pasado miércoles los médicos que le atendían en el área de Psiquiatría del hospital de Jove le dieran el alta. Tras la agresión el hombre -jubilado de la Tenneco cuando cerró la fábrica-, tuvo que permanecer once días bajo vigilancia facultativa. La depresión que padece desde hace meses le impidió hasta ayer, según los médicos, aportar una declaración coherente sobre lo sucedido.

Ante la jueza de violencia de género Roberto A. P. aseguró no recordar nada de lo sucedido. El presunto agresor cambió su versión en el último momento. A los agentes que acudieron a la llamada de auxilio de la víctima el reo les había reconocido ser el autor de la agresión. El acusado, natural de Piloña aunque residente en Gijón desde hace años, llevó incluso a los investigadores hasta las armas que había utilizado durante la agresión: un martillo y un punzón que estaban ensangrentados.

La jueza que ayer le tomó declaración al reo ha impuesto, además, una orden de alejamiento que impide al agresor volver a comunicarse con su víctima por cualquier medio durante los próximos meses. Antes de que Roberto A. P. fuera interrogado fue sometido a un examen realizado por dos médicos forenses.

El acusado y su pareja llevaban doce años saliendo juntos. Nunca se habían registrado denuncias previas por violencia de género. El reo tampoco tenía antecedentes. La denunciante, natural de un pueblo de Salamanca, se había ido de la vivienda de El Natahoyo a principios de año. "Había vuelto hacía tres meses pero las cosas no debían de estar bien", señaló tras la agresión una de las vecinas que auxilió a la víctima. El hombre había salido del área de Psiquiatría del hospital de Jove apenas unas horas antes de arremeter contra su pareja.

El presunto agresor ahora encarcelado atacó a su víctima por la espalda, asestándole seis golpes en la cabeza con un martillo. "La escuché hablando con su hija, le decía que lo iba a dejar, que se iba a divorciar: lo hice para que no se fuera porque la quiero mucho", confesó el reo cuando la Policía le detuvo en el domicilio familiar. Los excompañeros de Roberto A. P. mostraron su sorpresa tras su arresto. "Era muy callado pero nunca pensamos que haría algo así", relató uno de los trabajadores de Tenneco.