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"Yes más rápidu que Fregoli"

Las visitas a Gijón de un gran actor y transformista italiano que cautivó a la ciudad, cuya fábrica de sombreros puso su nombre a un diseño

"Yes más bobu que Abundio", "yes más vagu que la chaqueta de un guardia", "yes más feu que Picio", "yes más vieyu que les piedres de la Colegiata", "yes más antiguo que la orilla´l Piles", "yes más conocidu que Telones"? A esas expresiones que Dioni Viña llevó a su "Cómo nos explayamos los playos" (también "yes más lentu que Ortiz", por el delantero del Sporting José Ortiz Peláez) añadimos nosotros "yes más rápidu que Fregoli", que hace mención a Leopoldo Fregoli, transformista, actor y cantante italiano que asombró en Gijón hace más de un siglo. Nacido en Roma en el año 1867, Fregoli murió en su país en 1936.

En sus espectáculos por todo el mundo -en toda Europa, Rusia incluida, y también en Argentina y en Nueva York- él cambiaba de voz y de vestuario a ritmo frenético y de esa manera en sus funciones (en Gijón actuó dos veces, porque Gijón ya entonces estaba en el mundo) daba vida a muchos personajes distintos, distintos en la voz, en el atavío, pero tras los cuales sólo estaba el mismo Fregoli. Salía por un extremo del escenario y rápidamente entraba por el otro lado vestido de otra manera, imitando a otro personaje y con otra voz. Ventrílocuo era también Fregoli.

Leopoldo Fregoli fue una mezcla entre mago y transformista de fama mundial que fue una revolución en Gijón cuando debutó en el teatro Dindurra en el mes de junio de 1905 y, luego, cuando regresó en julio de 1914 con un innovador espectáculo de cambios rapidísimos de trajes y de personalidad. Por cierto que, en ambas ocasiones, hizo el artista unas visitas fabriles. En 1914 visitó la Fábrica de Sombreros que desde 1903 funcionaba en La Calzada (en la actual calle Oriental) y donde trabajaban varios compatriotas italianos que, incluso, llegaron a producir un sombrero con su nombre, el sombrero marca Frégoli. Pero años antes, en 1905, hizo una visita a la fábrica de vidrios Gijón Industrial, también en La Calzada, y "colaboró en el encendido de un horno ya que Fregoli de joven fue obrero mecánico". Eso leemos en "El Noroeste" del sábado 24 de junio de 1905.

"No sabemos que es mejor. Si cantante, si transformista, si mímico, si ventrílocuo", se leía en la prensa local comentando su debut en la ciudad, y cuando volvió, tantos años después, los elogios seguían: "En la Plaza de San Miguel, en Begoña y ante los escaparates de los comercios se aglomera la gente parando su atención en los carteles y fotografías en las que se anuncia el acontecimiento teatral del día: las funciones de transformación del célebre artista italiano Fregoli. El gran transformista viene a Gijón con un programa desconocido de experimentos de gran novedad. Presenta infinidad de trabajos renovados, habiendo adquirido en la imitación de los personajes una perfección y una maestría en alto grado sorprendentes. En el teatro Dindurra desde hace dos días se activan los trabajos de preparación y presentación lujosa del espectáculo para la función de mañana en que debutará el notabilísimo Fregoli, el cual dará un corto número de funciones".

Esta segunda visita de Fregoli a Gijón, al Dindurra también, tuvo además varias sesiones. En 1903 fue sólo un día con dos sesiones, pero en julio de 1914 estuvo cinco días en la ciudad con dos sesiones diarias.

Fregoli tenía pensado llegar a Gijón en aeroplano, "pero eso no fue posible a causa del mal tiempo que reina en toda la costa, y el artista para que todas las personas de todas las clases sociales puedan concurrir al teatro ha establecido precios económicos costando 2,50 pesetas la butaca". En su anterior visita había llegado a Gijón en barco desde Santander, "con su pequeña compañía". El programa en 1914 incluyó escenas cómicas (por ejemplo "Fregoli en un tribunal" con varios personajes interpretados por él mismo), ventriloquía, una parodia de la ópera Fausto, e "imitaciones de artistas de teatro de varietés". Pero más. El artista italiano añadió en el espectáculo imágenes de cine que él mismo producía. Y estamos hablando del año 1914.

Imitadores de Fregoli hubo muchos, entre otros, Rafael Arcos a quien Joaquín Alonso Bonet dedica grandes elogios como transformista, y Ernesto Foliers, un transformista muy popular a comienzos del siglo pasado que actuó en Gijón varias veces. Por ejemplo, en el Cine Modernista (en realidad, una barraca para ver cine y espectáculos varios) con motivo de las fiestas de San Antonio de 1909. Foliers imitaba a artistas como Raquel Meller y La Argentinita.

Un tal Mr. Alberti también fue un "Fregoli español" que actuó varias veces en el Salón Doré y Frizzo fue otro al que vemos anunciado en el Dindurra en el año 1918: "Frizzo es hoy lo que Fregoli fue ayer", decía su publicidad. También una niña que se llamaba Tina Parri, "Fregolina", y seguramente el más destacado fue Donnini. "Italiano como Fregoli, Donnini es un nuevo Fregoli, con esto queda dicho todo" sentenciaba "El Noroeste" comentando su actuación en el teatro Jovellanos de la calle de Jovellanos. También practicaba El Gran Donnini el escapismo tipo Harry Houdini. Se hacía atar de pies y manos y así, esposado, se introducía en una caja cerrada con candados de la que salía rápidamente ante el asombro de la gente de Gijón y de Avilés, donde también actuó y donde grandes muestras de admiración dedica la prensa a Donnini bajo el título de "Gran Tourné".

Siempre la prensa gijonesa hizo grandes elogios a Leopoldo Fregoli "creador genialísimo del transformismo teatral, y muy superior a todos sus imitadores".

Muchas "personalidades" tuvo Fregoli y ya desde hace tiempo se conoce en medicina como "Síndrome de Frégoli" un delirio "de falsa identificación" consistente en que el afectado cree que una persona conocida está siendo suplantada por alguien ajeno que usa un disfraz y que quiere hacerle daño. En su tumba, en Viareggio (en la costa de La Toscana y precisamente famosa por sus carnavales) figura esta inscripción: "Qui Leopoldo Fregoli compi la sua ultima transformazione", en castellano: "Aquí Leopoldo Fregoli llevo a cabo su última transformación".

Debut de Fregoli. "Leopoldo Fregoli constituye por sí sólo una compañía completa. Es un minucioso detallista, de su cara, de sus manos, de su porte brotan a millares los detalles. ¿Y la precisión de sus palabras, de sus acciones cuando ejecuta acompañado de la orquesta? Revela Fregoli en esto un trabajo enorme, tiene estudiado el efecto al minuto, a veces al segundo, es realmente un portento, un hombre extraordinario y genial.

"Lo que más subyuga, lo que más anonada, en aquel continuo traqueteo del artista es su observación agudísima que raya en lo inverosímil, que penetra en lo más recóndito de las cosas y las personas.

"Anoche, en el terceto cómico-musical lució sus facultades de cantante y ventrílocuo; cuando hacía de tenor y cuando movía los labios. En 'Notte d´amore' indicó claramente que al transformarse no sólo lo hace con rapidez sino con limpieza exquisita, y en el poupourrit que él llama 'Paris concert' toca todos los recursos, todos los resortes. En ese número ridiculiza a maravilla a esos artistas y a esas cupletistas que invaden los cafés cantantes y las arenas de los circos. El que esto escribe no conoce el modo y manáis de dirigir de los maestros Suppé, Strauss y demás que imitó Fregoli, pero sin duda que no ha de faltarle justeza suma al eminente artista, ajustándose muchísimo a los músicos que caricaturiza.

"Creo que todo Gijón desfilará por el teatro Dindurra, y no quiero cerrar estas notas, hechas de prisa, sin enviar un aplauso al inteligente director de orquesta señor Calzelli que tanto ayuda a la esplendidez artística del ameno espectáculo".

(Adeflor. Diario "El Comercio", 18 de junio de 1905)

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