El director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, Juan Carlos Campo, rememoró los difíciles orígenes del centro, que dio sus primeros pasos pese a las trabas de la Universidad de Oviedo, gracias al apoyo del Ayuntamiento de Gijón, que llegó a tener que hacerse cargo del pago de las primeras nóminas del profesorado. "El camino no ha sido fácil. La Corporación municipal siempre ha estado con nosotros, respaldándonos cuando no tomando la iniciativa", señaló ayer el director de la Politécnica, quien contrapuso la actitud de las jerarquías universitarias de hace 40 años, cuando nació la escuela superior de ingeniería industrial, con la del rector actual, "cuyo apoyo a nuestra escuela, esta vez sí, no tiene duda".

En 2010 nació formalmente la Politécnica, fruto de la fusión de aquella escuela de ingeniería industrial y de las ingenierías informática y de telecomunicaciones que le habían seguido.

La Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón cuenta actualmente con 3.000 alumnos, es un referente de la Milla del Conocimiento, imparte 7 grados, que serán 8 cuando se implante el de Ingeniería y Organización Industrial, desarrolla una fuerte actividad investigadora que la han convertido en un referente universitario y también deja un marcado impacto en la actividad económica con su colaboración con las empresas asturianas y siendo el germen de muchas empresas tecnológicas.

Campo recogió el galardón de manos del concejal de Ciudadanos, José Carlos Fernández Sarasola.