Una banda de ladrones maniató y golpeó la pasada noche del viernes en su casa de Fano a la familia de Sidra Menéndez para robarles 8.000 euros en joyas y dinero. La Guardia Civil busca a los asaltantes, cuatro personas que entraron encapuchados y con guantes en la vivienda anexa al conocido llagar. Los cacos huyeron de la finca en el coche de las víctimas -fue recuperado en Siero- tras propinar varios golpes en la cabeza al patriarca de la saga lagarera, Sabino Menéndez Trabanco. "Estamos todos bien. Ya pasó y la vida continúa", aseguró su hija Lucía, que se recupera de la pesadilla. El conocido lagarero no tuvo que ser hospitalizado, pese a tener la cara amoratada.

El asalto se produjo entre las once y las doce de la noche en la casa familiar, ubicada junto a la iglesia parroquial de San Juan, en Fano. En la misma finca se encuentra el llagar, desde el que suministran sidra a toda Asturias y venden a vecinos y particulares. Los ladrones, todo apunta a que profesionales, sabían por tanto que entraban en uno de los principales lagares del Principado. Según fuentes de la Guardia Civil, los cuatro encapuchados, que accedieron al interior de la vivienda por una ventana, amenazaron a los miembros de la familia que en aquel momento se encontraban en el lugar y los maniataron. Se trataban de Sabino Menéndez, su mujer y su suegra nonagenaria. La banda llegó incluso a golpear al empresario para llevarse un buen botín. Recogieron en cuestión de minutos 5.000 euros en billetes y monedas, y joyas valoradas en otros 3.000 euros.

Por si fuera poco, los cacos huyeron de la casa en el vehículo familiar, que agentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón localizaron poco después en Pola de Siero. Sin embargo, el cuerpo sigue buscando a los asaltantes, por ahora sin éxito. El hecho de que entrasen en el domicilio con el rostro cubierto y llevasen guantes en las manos están complicando las tareas de investigación. Pese al robo y al susto, la familia Menéndez quiere pasar página, como manifiesta Lucía Menéndez, al frente del negocio: "Ya pasó y la vida continúa". Y es que al menos los golpes que los ladrones propinaron a su padre fueron de carácter leve, como así confirma la Guardia Civil. El popular lagarero, natural de Quintana (Baldornón), paseaba ayer con naturalidad por la parroquia de Fano. Eso sí, los moratones en la cara delataban la pesadilla pasada este fin de semana.