Un informe elaborado por la sección de brigadas vinculada a la concejalía de Mantenimiento y Obras de la zona rural y urbana - y realizado con el apoyo de asociaciones de vecinos de parroquias afectadas- confirma la situación de "total abandono" de los cauces de ríos y arroyos de la zona rural en lo que tiene que ver con su mantenimiento y cuidado. Tras las labores de inspección, los técnicos municipales establecen que la merma de la capacidad hidráulica de ríos y arroyos "no es debida a vertidos de residuos sólidos urbanos que se subsanarían con una limpieza ordinaria; lo que nos encontramos son depósitos de materiales y sedimentos, vegetación que crece en el medio de los cauces, numerosas ramas y troncos de árboles caídos formando presas y falta de desbroce de los márgenes".
Nueve son las parroquias afectadas, de una u otra manera. El informe detecta, por ejemplo, varios puntos negros en el río Aboño a su paso por Veriña que harían necesaria una limpieza masiva del cauce. El mal estado del Aboño también se deja sentir en su tramo de Poago. De hecho se habla de "un mal estado generalizado hasta el límite con el concejo de Carreño".
En Santurio se observa que el arroyo que cruza la parroquia está totalmente obstruido desde el lavadero del Ponticu al camín de la Caleyona. Obstrucción que genera la inundación de las fincas colindantes cuando hay crecidas, algo que también ocurre al paso por la urbanización La Aldea.
Más problemas. El informe establece la necesidad de retirar árboles, troncos y ramas de los tres arroyos que pasan por la parroquia de Vega -El Meredal, Santa Cecilia y Llantones- y de limpiar el cauce del río Llantones a la altura de la Vega de Parres, en la parroquia de Granda.
En lo que tiene que ver con el arroyo de La Pedrera, afluente del río Pilón que pasa por la parroquia que le da nombre, se recuerda que hay varios tramos entubados que están afectados por depósitos de tierra. Además, los márgenes del cauce aparecen llenos de arbustos caídos. Todo ello hace que en épocas de abundantes lluvias o fuertes tormentas el arroyo se desborde inundando la carretera que va hacia el polígono de Porceyo. Los mismos problemas hay bajo la senda verde, justo antes de la desembocadura del arroyo en el Pilón.
Las inundaciones son también un problema habitual en la parroquia de Cenero debido, se indica en el documento municipal, al abandono de las riberas del río Pinzales y el arroyo de Veranes. Los incidentes, que también afectan al vecino barrio de Fontaciera en La Pedrera, se dejan sentir sobre todo en La Rebollada, Caraveo y Sotiello. En varias ocasiones las vías han quedado cortadas y los vecinos incomunicados.
El informe municipal hace una especial referencia a los problemas generados el 23 de enero por la crecida del Pinzales que afecta a espacios de las parroquias de Ruedes, La Pedrera, Cenero y Porceyo.
Ese estudio -elaborado en cumplimiento de un mandato plenario de julio de 2018 y presentado en una reciente comisión de Medio Ambiente- es la base, según anunció el concejal Manuel Arrieta, de una comunicación del Ayuntamiento a la Confederación del Cantábrico "a la espera de provocar al menos que haya una fórmula de contacto"
Ahora mismo, y a partir de varias sentencias judiciales, hay un desencuentro entre las administración públicas sobre quien tiene la competencia de atender el mantenimiento de los cauces de los ríos dependiendo de si son limpiezas ordinarias o extraordinarias o los ríos estén en un ámbito urbano o rural. El Ayuntamiento, y así de claro lo dejó hace unos meses en el Pleno la regidora Carmen Moriyón, no está dispuesto a asumir esta labor si no se le transfieren los dineros necesarios para hacerlo. La polémica tiene ámbito nacional.
