Más de un centenar de personas se abrazaron ayer en Gijón, con la "Madre del emigrante" como testigo, para denunciar las "injustas políticas migratorias europeas, que dejan morir a miles de personas en el mar, las devoluciones en caliente y las violaciones de derechos humanos". Una concentración simbólica, organizada en Asturias por "Acoger ye natural", que tuvo sus réplicas en otras ciudades de España y países europeos como Reino Unido, Irlanda, Italia o Grecia. Un abrazo unánime contra la xenofobia.

La iniciativa, bajo el nombre "Abrazada Internacional de los pueblos, las personas y los derechos humanos", es una acción simbólica para sensibilizar a la ciudadanía con la realidad que viven las personas migrantes y refugiadas. "Lo hemos hecho con vistas a las elecciones al Parlamento europeo, queremos influir tanto en las decisiones de los políticos como en el voto de la gente; pedimos un voto solidario, más cálido con los migrantes", explica Lucía Nosti, organizadora en Asturias de esta "abrazada", que en Gijón estuvo amenizada por la charanga "Ventolín".

El objetivo es lograr que "se respeten los derechos humanos de personas que solo quieren buscar una vida más digna; decirles que también nosotros fuimos emigrantes y que aquí son bienvenidos", añade Lucía Nosti.