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El Principado, en alerta por los mapaches, “una especie invasora y prolífica”, sacrificará al ejemplar hallado en Gijón

El ejemplar de la calle Covadonga, el tercero que se localiza libre en Asturias, donde es ilegal tenerlos

El mapache encontrado en la calle Covadonga de Gijón

El mapache capturado el pasado sábado en Gijón por los bomberos cuando se había refugiado en un portal de la calle Covadonga, es el tercero que se ha localizado suelto en Asturias de “una especie invasora y muy prolífica”, que daña a la fauna autóctona, a animales de granja y cultivos y que además puede transmitir enfermedades a los humanos, entre ellas la rabia. En la comunidad de Madrid constituyen ahora una plaga, con centenares de ejemplares capturados en los últimos tres lustros, que al parecer serían descendientes de sólo dos hembras.

La amenaza para los ecosistemas, los cultivos y el peligro para las personas son serios. Por eso, la Consejería de Medio Rural solicitó en octubre de 2020 a los concejos asturianos su colaboración para localizar mapaches, además de visones americanos y tortugas de Florida, informando de los avistamientos a la empresa pública Tragsa, que se encarga de su captura. Además, se realizan labores preventivas de trampeo para intentar capturar ejemplares sueltos.

Los mapaches capturados, como el de Gijón, son sacrificados en el Centro de Fauna Silvestre de Sobrescobio, siguiendo los protocolos veterinarios, debido a que pueden ser portadores de diversas enfermedades de difícil y costosa curación, se explica desde Medio Rural, que cuenta desde 2015 con un plan sobre estas tres especies invasoras.

Actualmente, es ilegal poseer mapaches como animales de compañía, tras su inclusión en el catálogo de 2013 de especies invasoras y en el de 2019 de especies invasoras preocupantes, aprobadas por sendos reales decretos. A los propietarios de mapaches que los hubieran adquirido con anterioridad se les dio la oportunidad de mantenerlos, pero a condición de notificar su posesión y colocarles un chip identificativo, del que al parecer carecía el espécimen hallado en el centro de Gijón. El plazo venció el pasado 1 de enero. El Principado publicó en mayo pasado una resolución indicando que los dueños debían de presentar una declaración responsable.

Además del Principado, los grupos ecologistas advierten del riesgo de esta especie exótica. Theo Oberhuber, coordinador de proyectos de Ecologistas en Acción a nivel estatal considera respeto al de Gijón que “es muy posible que este mapache haya estado en cautividad en alguna casa y se haya escapado”, opinando que en las casas sólo debe haber animales domesticados, como gatos, perros y algunas especies de pájaros. “Hace falta una normativa mucho más estricta, y sobre todo un control de la venta de estos animales que actualmente se siguen vendiendo de forma ilegal y sin la documentación correspondiente. Este es un problema que va a más y que es muy grave. Este animal, lo mismo que se ha encontrado ahí, podía haber llegado al medio natural, donde al comportarse como una especie exótica invasora, habría generado graves problemas, como ya existen en algunas zonas, como por ejemplo en la Comunidad de Madrid.

Voces ecologistas

Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias, indica que “llevamos años reclamando una gestión más adecuada de los animales de compañía que no son de aquí, en caso de fuga como es el caso se convierten en un riesgo medioambiental, esto se debe a que su venta no está controlada y no hay un censo real de todos los existentes por falta de control. El encontrando vagando por la calle es un ejemplo de un animal escapado sin saber quién es el dueño y responsable”. Pontigo explica que los mapaches “pueden ocupar parte de los nichos ecológicos disponibles para la fauna autóctona, como nutrias, garduñas o zorros, para los cuales se convierte en un competidor feroz, y por otro lado produce daños en las cosechas, huertas, árboles frutales y maizales, comiendo hasta pienso del ganado y también presas domésticas o silvestres”, como aves, conejos y cangrejos. Suelen propagarse siguiendo el cauce de ríos.

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