La empresa municipal de autobuses hace frente a sus males: las claves de su renovación

La nueva red de autobuses liquida la problemática actual de líneas muy largas, que se solapan en tramos y ofrecen unos recorridos poco directos

Una viajera a punto de subir a la línea 20 de Emtusa. | Ángel González

Una viajera a punto de subir a la línea 20 de Emtusa. | Ángel González / R.Valle

Diecinueve líneas regulares, cuatro servicios nocturnos, una plantilla que ronda los 350 trabajadores, 83 vehículos, 590 paradas a lo largo de toda la ciudad y un cierre de 2022 con 15,6 millones de viajeros en pleno proceso de recuperación del desplome que conllevó la pandemia. Esos, y algunos más, son los actuales números de la Empresa Municipal de Transportes Urbanos (Emtusa). Una de las tres grandes del Ayuntamiento junto a las de aguas y medio ambiente. Emtusa acaba de presentar una reforma integral de toda su red: el mayor cambio en los autobuses municipales desde que el Pleno aprobara la constitución de esta sociedad en 1978.

Pero, ¿qué tiene de malo la actual red? El estudio realizado por la consultora Mcrit no pone en mal lugar a Emtusa. Más bien al contrario. Al entender que tiene –o tenía ya que se ha trabajado con esa media estable de 19 millones de viajeros que se tuvo en los años previos al covid– una demanda razonable y muy similar a la de ciudades comparables como Vigo, Elche o Tarrasa. Incluso más estable a lo largo del año, ya que el turismo compensa en los meses de verano el bajón de usuarios por las vacaciones de los residentes, sobre todo los escolares. También son buenos los porcentajes de cobertura que garantizan a los gijoneses tener una parada del bus local a entre 250 y 300 metros de su casa.

¿Entonces? Pues el análisis de los técnicos de la empresa catalana los ha llevado a definir seis problemas de carácter general en la actual estructura de la red empezando por la escasez de líneas no radiales y acabando por la conexión de Nuevo Roces con la zona este. Pero no solo. También se detectan líneas de longitud excesiva, el solapamiento de líneas en algunos tramos, la existencia de recorridos poco directos y la acumulación de vehículos unos detrás de otros en determinados puntos, especialmente en Cuatro Caminos y la avenida de Pablo Iglesias.

Unos problemas que son resultado de un crecimiento de líneas hecho a golpe de necesidades puntuales que se cubrieron alargando o retorciendo rutas ya existentes para llegar a esos nuevos barrios o nuevos espacios de trabajo. Gijón fue creciendo década a década como ciudad y Emtusa colocando parches en su red para adecuarse a cada nueva realidad. Por eso, la decisión de repensar toda la red para que Gijón y sus autobuses vayan de la mano.

La nueva propuesta supone cambiarlo todo, incluso la nomenclatura de las líneas, para generar recorridos directos, simples y sin tramos redundantes o tortuosos (el ejemplo actual es la línea 71 que se puso en marcha como línea exprés), para combinar líneas ya existentes y que son eficientes con servicios de nueva creación y para aprovechar las rutas radiales que comunican los barrios con el centro pero complementadas con otras perimetrales que comuniquen barrios entre si sin tener que pasar por ese mismo centro. Nuevo Roces, la zona oeste y el entorno de la Milla del Conocimiento son tres espacios a los que se le ha dado un protagonismo especial.

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