La pantalla de El Musel contra nubes de carbón atenuará el viento hasta el doble de su altura

La protección será máxima en la zona de acopios en la explanada trasera de Ebhisa, donde las pilas de mineral no superan los ocho metros

Infografía en la que se muestra dónde se prevé ubicar la barrera para evitar nubes de carbón, entre la regasificadora y la explanada trasera de Ebhisa.

Infografía en la que se muestra dónde se prevé ubicar la barrera para evitar nubes de carbón, entre la regasificadora y la explanada trasera de Ebhisa. / M. C.

M. C.

La nueva pantalla para evitar que se formen nubes de carbón en terrenos portuarios, que el Puerto ha licitado en 1.715.000 euros para instalar una protección de 490 metros de largo entre la regasificadora y la explanada trasera de la terminal de minerales de El Musel, Ebhisa, reducirá la velocidad del viento por encima de su altura en los primeros 110 metros de profundidad y hasta el doble de altura en los primeros 35, según los estudios en túnel de viento y modelos informáticos realizados por la UTE que ha presentado la única oferta en esta licitación, integrada por las empresas New Construction y TYC La Mata. La barrera está diseñada para resistir vientos de 160 kilómetros por hora, requisito solicitado por el Puerto.

Detalle de la barrera prevista para la explanada trasera de Ebhisa.

Detalle de la barrera prevista para la explanada trasera de Ebhisa. / M. C.

La pantalla, con pilas de hormigón de 11 metros de altura, es similar a la que ya instaló la Autoridad Portuaria en 2017 sobre el dique de la explanada de Aboño y que obtuvo el Premio Asturias de Arquitectura y el segundo Premio Nacional de Ingenieros de Caminos. Hechas con postes de hormigón prefabricado instalados sobre zapatas, su instalación se efectúa con rapidez y no requiere mantenimiento posterior. Las nubes de carbón en El Musel son motivo frecuente de quejas del movimiento vecinal y de los colectivos ambientalistas. La adopción de medidas para evitar ese problema forma parte del plan del aire para la zona Oeste elaborado por el Principado.

Al fondo a la derecha, una nube de carbón, el pasado viernes, en El Musel. | Ángel González

Al fondo a la derecha, una nube de carbón, el pasado viernes, en El Musel. | Ángel González / M. C.

Esta barrera cuya construcción está respaldada por fondos europeos, reducirá la velocidad del viento en algunas zonas hasta en un 80% según los ensayos. La mayor protección la ofrece cuanto más cerca estén las parvas de carbón de la pantalla.

La barrera en el puerto de El Musel permitirá reducciones muy significativas de la velocidad del viento de hasta 110 metros de distancia y ofreciendo la máxima protección hasta 35 metros desde donde se instalará. Al sobrepasar esos 110 metros de profundidad se prevé que la reducción de la velocidad del viento se note solo por debajo de los 11 metros de altura de la pantalla, pero antes la protección llega a cotas superiores. Por ejemplo, a 35 metros de distancia de la barrera se llega a alcanzar una reducción del 25 por ciento en la velocidad del viento a 18 metros de altura y de la mitad a 14 metros de altura.

A partir de 110 metros la velocidad del viento se sigue mitigando por debajo de la cota de la pantalla. Por ejemplo, a 190 metros de distancia de la barrera, el viento perderá la mitad de su velocidad a una altura de tres metros sobre el suelo. Eso tiene relevancia dado que uno de los principales orígenes de las nubes de carbón es el polvo que queda en el suelo cuando se han retirado las parvas de mineral que reposaba sobre el mismo. Unas parvas a las que en el caso de Ebhisa tienen mayores alturas y se riegan con agua y productos químicos que las protegen contra el viento, que junto al riego de viales y explanadas son otras de las medidas que adopta el Puerto para evitar polvaredas.

En la trasera de Ebhisa, el carbón se apila con palas cargadoras que forman parvas de hasta ocho metros de altura, tres menos que la de la barrera que se va a instalar, con lo que la protección será muy relevante. Apilar el carbón lo más próximo a la pantalla, siempre que sea posible, permitirá maximizar su efecto positivo. Por dónde se instalará la barrera, protegerá contra los vientos procedentes del norte, dado que la barrera no rodea la totalidad de la parcela.

El Puerto ha venido realizando en los últimos años otras inversiones medioambientales, como el asfaltado de explanadas, riego y colocación de barreras contra el viento para evitar que se levanten nubes de carbón. El cortavientos que ahora ha licitado para la trasera de Ebhisa es la última de estas medidas.

Se trata de la segunda licitación de la instalación de esa barrera antipolución que efectúa la Autoridad Portuaria de Gijón. La primera licitación fue declarada desierta el pasado mes de enero. Nadie había pujado por hacerse con la obra, al no haberse actualizado los precios conforme a la subida de costes experimentada por los materiales de construcción y licitarse la obra en 1,2 millones de euros, casi un 43% por debajo del nuevo precio de salida que ahora sí ha recibido una oferta.

Tras la instalación en 2017 de la barrera antipolución en la explanada de Aboño, las empresas gestionaron un modelo de utilidad y posteriormente una patente europea para proteger un diseño de barrera muy diferente de otros que se venían utilizando con anterioridad, consistentes en estructuras en forma de red, que presentan el problema de que los huecos de la misma acaban tupiéndose y generando un efecto vela.

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