Enormes colas para hacerse un "tatuaje solidario" en Gijón

Un negocio de la calle Ramón y Cajal lanza una campaña para recaudar dinero contra el cáncer infantil

La cola a la puerta del negocio, en la calle Ramón y Cajal.

La cola a la puerta del negocio, en la calle Ramón y Cajal. / David Cabo

Un estudio de tatuajes en la Calle Ramón y Cajal, se convirtió esta mañana en el escenario de un evento solidario que atrajo a multitudes. El propósito era claro: donar cada euro recaudado a una asociación de cáncer infantil. Desde las primeras luces del día, la acera se llenó de personas ansiosas por unirse a esta causa y llevarse consigo un tatuaje del catálogo ofrecido por los artistas del estudio, todo por un precio de 50€.

Siete tatuadores se unieron en esta iniciativa, donde se trabajó desde las 10 de la mañana hasta las 22 horas. Este evento no es algo nuevo; "nació un año antes de que la pandemia y luego de un año de parón, volvimos sin parar", expresó Pelayo Inguanzo, uno de los tatuadores.

Entre las caras nuevas que se sumaron a la causa este año se encontraban Yhojan Alvarez y Carmen Jimenez, quienes se enteraron de la oferta a través de las redes sociales. Yhojan expresó: "Principalmente venimos por el donar, pero es ganar seguro, porque te llevas un tatuaje a muy buen precio". Un grupo de amigas, Andrea Perez, Lloriana Rato y Laura Mendez, aguardaron pacientemente durante cinco horas en la cola. Laura compartió su entusiasmo: "Esperamos que nos de tiempo, nos vamos a hacer una rosa juntas".

También estuvieron presentes veteranos como Juan Gómez, quien dijo: "Vengo todos los años desde 2020. Tatuarse a un buen precio, en un gran estudio y para una buena causa es un sí asegurado". Rita Gomez, quien había escuchado de la ocasión en años anteriores, no pudo resistirse este año y afirmó: "Este año no me lo podía perder".

Las normas del evento eran sencillas: tatuajes previamente diseñados por los artistas, con la posibilidad de reservar una cita para garantizar que tu tatuador favorito te atendiera, o simplemente elegir entre la amplia variedad de opciones disponibles en el momento. Todos los ingresos, sin excepción, se destinaron a la asociación de cáncer infantil.

El boca a boca fue un factor significativo entre los asistentes. Aroa González, quien llegó a las 6 de la mañana y se tatuó a las 12, compartió su experiencia: "Una amiga ya había venido y nos recomendó venir este año".

Dentro de las cabinas de tatuaje, los artistas trabajaron sin descanso. En solo dos horas de trabajo, al mediodía, cada uno había realizado entre 2 y 5 tatuajes, dependiendo del tamaño y el diseño. Cristina Fernández, presente desde las 7:30, compartía una sesión con Lorena Alvarez, mientras Javier Robleda finalizaba una mariposa para Sonia Alvarez, quien comentó emocionada: "Es el primer año que vengo, me encanta esto". Charo Gutierrez y Ana Gil completaron sus obras para dar paso a otros clientes.

Pelayo Inguanzo, predijo: "Por la tarde habrá más gente seguro". Calculando que a lo largo del día se llevarían a cabo alrededor de 200 tatuajes. Algunos valientes incluso se unieron a la cola antes del amanecer, a las 5:30 de la mañana.

Este evento solidario, que se ha convertido en una tradición anual, llenó la acera de la Calle Ramón y Cajal durante toda la jornada llegando a ocupar parte de Enrique Martínez.

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