Emulsa vació sus reservas al destinar 16 millones a operaciones sin registrar

El PSOE revela en los documentos del traspaso de poderes la falta de capital líquido en la empresa municipal, que habría afrontado inversiones y deudas con ese dinero | La concejalía de Hacienda ordena una investigación sobre la gestión financiera y de personal por parte de la sociedad durante los últimos años

Un empleado de Emulsa, en la playa de El Arbeyal. | Juan Plaza

Un empleado de Emulsa, en la playa de El Arbeyal. | Juan Plaza / Juan Plaza

Emulsa ha vaciado casi al completo sus reservas al destinar 16 millones de euros a unas operaciones que por ahora no constan por escrito, según reconoce un informe incluido en el traspaso de poderes elaborado por el anterior gobierno local liderado por el PSOE. La delicada situación financiera de la sociedad que se han encontrado los nuevos gestores ha destapado esta posible irregularidad y ha puesto bajo la lupa la gestión de los últimos años. Según consta, la entidad ha ido afrontando durante años inversiones y deuda recurriendo a sus reservas sin justificación ante el Pleno municipal, tal y como obliga la ley. Todavía en el informe contable de 2022, esas reservas se cuantificaban oficialmente en 15,7 millones euros, pero la realidad es que no están en la caja y no existe documentación sobre su destino. Toda la gestión de la empresa desde 2007, incluida la política de personal, se encuentra desde hace días bajo investigación por orden de la concejalía de Hacienda al saltar la alarma por la petición del área de Medio Ambiente de una subida de tasas del 30 por ciento y una mejora de la aportación municipal para Emulsa debido a la inexistencia de reservas.

El vaciado de estas reservas deja a Emulsa sin apenas margen de maniobra, toda vez que su saldo de tesorería ha ido mermando notablemente en los últimos años. En 2017, según los balances económicos de la entidad, el saldo de la empresa ascendía a 17,2 euros, una cifra que ya se había reducido hasta los 8,1 millones y que hoy ronda aproximadamente un millón. Esa merma fue lo que motivó que se estudiase la necesidad de, o bien recurrir a una inyección de dinero del Ayuntamiento o a las reservas de la propia empresa pública. Fue entonces cuando se averiguó que los 15,7 millones de euros que figuraban en el balance de 2022 –y que incluso sobre el papel estaban mermando, porque en 2021 figuraban 19 millones– no es un capital líquido real, sino que, se sospecha, es un dinero que se ha ido gastando. Es cierto que los informes económicos de Emulsa llevan años reflejando que sus inversiones se realizan "a cargo de reservas", pero esas operaciones no aparecen reflejadas en los resultados de cierre.

Las operaciones con cargo a las reservas de la empresa deben seguir un cauce protocolario. Las competencias para tocar este fondo, de hecho, exceden a la del consejo de administración y afectan a su junta de accionistas, que en este caso es la Corporación municipal. Así, el vaciado de estas arcas se entiende que tendría que haberse aprobado en sesión plenaria. Existe, de hecho, un cargo a reservas que sí se hizo por esta vía: la organización de la Copa Davis en 2012. El Ayuntamiento acordó el 13 de julio de ese ejercicio un traspaso de fondos, señalando que la entidad tenía cubiertas sus reservas regales y estatuarias –existen unos mínimos que se deben destinar siempre a reserva para garantizar la viabilidad financiera de la empresa– y que por tanto autorizaba revertir un millón de euros al Ayuntamiento como accionista único, lo que permitió a la ciudad organizar ese torneo. No parece que se haya seguido ese cauce para el resto de operaciones.

Figura un informe económico de Emulsa, redactado por el exgerente de Alfonso Baragaño (y que el edil Rodrigo Pintueles citó en comisión hace días), que señala que la empresa no recibe aportaciones del Ayuntamiento para realizar inversiones desde el año 2012, y que desde entonces la entidad se "autofinancia" con cargo a sus reservas. Y señala que hasta antes de la pandemia esas inversiones se habían podido realizar gracias a los beneficios que solía registrar anualmente la entidad, lo que permitía destinar una media de cuatro millones de euros a inversiones, pero que esa vía ya no era posible. Los balances anuales reflejan también un descenso preocupante del saldo de tesorería que complica aún más la situación financiera de la empresa. Había unos 17,2 millones de euros en 2017 que ya habían bajado a 13,2 en el año de la pandemia y que, a raíz del covid, acabaron pulverizándose. La situación es tan delicada que el saldo al inicio de este año rondaba los cuatro millones y ahora apenas queda uno.

La concejalía de Hacienda activó hace unos días una investigación general a la empresa, una especie de auditoría propia, en busca de explicaciones. Por ahora de los 15.788.247 euros que figuraban en las cuentas de 2022 en el apartado de reservas no se sabe gran cosa. Fuentes municipales señalan que el dinero real existente hoy en día es casi cero, o que al menos no se tiene constancia de su ubicación. Si realmente se usó ese fondo para inversiones, las cuentas serían en cualquier caso irregulares, porque si a cargo de reservas se adquirieron, por ejemplo, nuevos camiones de basura, esos vehículos deberían figurar como patrimonio material, que como tal ve despreciado su valor conforme el vehículo va envejeciendo. Por ahora, se sospecha que el fondo de reservas figuraba aparentemente estable porque se incluían en ellas el "valor" de esas compras realizadas.

Caso aparte será investigar qué se compró exactamente con ese dinero, que tampoco se sabe –se cree que parte se usó también para amortizar deuda–, y si fue legal tramitar esas adquisiciones sin recurrir a la junta de accionistas de la empresa, es decir, a la Corporación en su totalidad. La concejalía de Hacienda, pese a que la situación de Emulsa lleva años siendo muy delicada, se mantenía tranquila porque entendía que las reservas de la empresa podrían ser un colchón al que recurrir en caso de necesidad. Pero ese colchón parece que ya no existe.

Las primeras revisiones a la entrañas financieras de Emulsa dejan un reguero de dudas. Sin apenas saldo de tesorería y con unas reservas que se creían cuantiosas y que no se encuentran, además, una investigación "aleatoria" en la empresa ha destapado otra irregularidad: desde hace años Emulsa debería haber cobrado más por los servicios prestados a todo tipo de empresas y administraciones. Estos importes, que se calculan por los metros cuadrados de la entidad y se van incrementando cuanto mayor sea el espacio sobre el que trabajar, no se estaban aplicando de manera correcta. Esto ha hecho que desde hace tiempo grandes superficies estén pagando a Emulsa lo mismo que un pequeño comercio, por ejemplo.

El edil y presidente de Emulsa, Rodrigo Pintueles, señaló ayer que "se han detectado importantes irregularidades en el cobro de la tasa de basura a entidades y organismos públicos, a grandes productores de residuos y a instalaciones industriales y comerciales con gran capacidad económica". Y aseguró que se tratan de errores "injustificables" que "no se van a consentir". "No es al conjunto de la ciudadanía, que paga la tarifa doméstica, a quien le corresponde soportar el sostenimiento del servicio de recogida de residuos. Esperamos poder concluir los trabajos de inspección y revisión en el primer trimestre del año que viene, de modo que ya en 2025 estén regularizados todos los contratos", añadió el concejal, que dará explicaciones de esta averiguación, a petición propia, próximamente.

El PSOE

Estos cobros irregulares obligan a revisar miles de contratos, y la situación también fue reconocida por el PSOE durante su traspaso de poderes en junio. José Ramón Tuero, de hecho, señaló ayer que su formación sabía de esta situación "desde febrero de 2023", tras el cese del anterior gerente "al que se opusieron tanto PP como Foro". "Nos preguntamos qué es lo que han estado haciendo hasta ahora para solucionarlo cuando hacen meses que conocen la situación", señaló Tuero, que sospecha que "este tema solo salta a la palestra para desviar la atención del tema del transfuguismo de Oliver Suárez y Carmen Moriyón". "“¿Por qué no han hecho nada hasta ahora, cuando ya sabían que existía el problema, y salen a contarlo como si lo acabaran de descubrir cuando ya conocían el problema desde junio?", se preguntó.

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