Las diez chimeneas de Preco en El Musel tendrán un impacto ambiental "moderado"

El Principado sacó ayer a información pública la autorización ambiental Integrada del controvertido proyecto de la compañía Preco para instalar una planta de pirólisis en El Musel, contra el que la Plataforma Contra la Contaminación de Gijón y la federación vecinal presentaron más de 15.000 firmas por el impacto acumulativo de la instalación en la mala calidad del aire del oeste de la ciudad. El estudio de impacto ambiental presentado por Preco concluye que el impacto de las emisiones contaminantes a la atmósfera por las diez chimeneas de la instalación será "moderado". Por otro lado, el estudio sostiene que el efecto ambiental será positivo por la contribución de la instalación a luchar contra el cambio climático (al reducir las emisiones de CO2 con el reciclaje del plástico) y además el proyecto prevé la creación de 69 empleos.

Los planes de Preco para El Musel son levantar una planta en la que tratar al año 200.000 toneladas de plásticos mediante pirólisis, el mismo proceso que se utiliza en las baterías de coque, pero aplicado en este caso a los plásticos: la descomposición química a elevadas temperaturas de un producto en ausencia de oxígeno para obtener materias primas. El proceso genera como subproducto gas de síntesis (syngas) que se usará como combustible y será lo que emitirá contaminantes a la atmósfera.

De las 200.000 toneladas de plásticos que alimentarán los hornos de pirólisis, la mitad procederá de combustible sólido recuperado y la otra mitad de mezclas de procedentes residuos plásticos. La descomposición de esos plásticos en los hornos de pirólisis producirá 152.000 toneladas de un aceite que se podrá utilizar como materia prima en la industria química y 9.500 toneladas de un residuo sólido que también tiene aprovechamiento industrial.

El estudio ambiental cifra el syngas que se generará en la instalación entre un 10% y un 15% del plástico, esto es, entre 20.000 y 30.000 toneladas anuales que se utilizarán (previo lavado y otros tratamientos) como combustible para calentar los hornos de pirólisis, además de gas natural. Este es el motivo por el que la planta estará sujeta a la normativa de incineración, si bien el estudio ambiental insiste en que pese a ello la instalación no está clasificada ni como de incineración ni coincineración. El estudio ambiental no incluye información sobre la combustión de ese gas de síntesis al considerar el proyecto confidencial ese apartado.

El estudio de impacto ambiental valora tres alternativas de ubicación en distintas zonas del puerto de Gijón

El estudio ambiental plantea tres alternativas de ubicación en El Musel: La elegida en una parcela 38.657 metros cuadrados la parte de atrás de la regasificadora ubicada a 900 metros de viviendas; otra sobre 54.587 metros cuadrados junto al tramo final del Dique de Torres, a 1,8 kilómetros de viviendas, solapándose con una zona ahora utilizada para el acopio de graneles sólidos y que el estudio ambiental descarta por la exposición de la parcela al oleaje que puede rebasar el dique de abrigo del puerto exterior. La tercera alternativa es una parcela de 55.101 metros cuadrados en la explanada de La Figar, a 50 metros de viviendas y donde ya está en obras un proyecto para construir una piscifactoría de lenguados.

Preco había anunciado en 2021 una inversión de 120 millones de euros en dos fases. El proyecto presentado sólo refiere los 3,22 millones de euros de cimentación y estructura metálica. La autorización ambiental incluye además una notificación del mes noviembre del Ayuntamiento condicionando el informe de compatibilidad urbanística al cambio de uso del terreno portuario en el que se va a implantar, de comercial a auxiliar.

El proyecto prevé que la instalación funcione 8.000 horas al año, de lunes a viernes y además del estudio de dispersión incluye referencias a los niveles de ruido de la planta.

La información pública incluye un estudio de dispersión de contaminantes desfasado

La decisión de Preco de duplicar la altura de las chimeneas, que en el proyecto inicial se planteaban de 10 metros y en el definitivo de 20, además del cambio en la ubicación de las mismas, ha dejado desfasado el estudio de dispersión de contaminantes elaborado que se incluye en la documentación expuesta a información pública sin haber esperado a la actualización de ese estudio elaborado en 2021 por Eurocontrol. El estudio que sale a información pública analiza la dispersión de dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, ácido fluorhídrico, 12 metales pesados, dioxinas y PM 10, considerando que en todos los casos hay valores muy bajos de emisiones y en todos los casos por debajo de los límites. En lo referente a metales, dioxinas y ácido fluorhídrico señala que los valores de emisión son "muy próximos a cero".

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