Un hostelero de Gijón, ante el juez por abusar de su empleada: "Me encerró en el baño y me dijo que le ponía mucho cuando me enfadaba"

La víctima dice que su jefe la encerró en el servicio de una sidrería tras una discusión en la que también estaba la pareja de él

El acusado, ayer, en la sección octava de la Audiencia Provincial.

El acusado, ayer, en la sección octava de la Audiencia Provincial. / Pablo Palomo

Pablo Palomo

Pablo Palomo

"Me encerró en el baño y me dijo que le ponía mucho cuando me enfadaba". Así se expresó ayer una mujer que denunció a su antiguo jefe, un hostelero de Gijón, por supuestamente haberla encerrado en el baño de una sidrería para abusar de ella. El caso, que se juzgó ayer en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, se remonta a febrero de 2020 y según la víctima sucedió después de una discusión en la barra de un local de la calle Eleuterio Quintanilla en la que habría coincidido con el acusado, entonces su jefe, y la pareja de este. La mujer explicó que el hostelero la llevó de la mano al aseó de mujeres, cerró la puerta "con el pie" y la empezó a besar y hacer tocamientos sobre la ropa. La denunciante añadió que fue la pareja del acusado la que pasados unos minutos llamó a la puerta del baño, circunstancia que aprovechó para salir del aseo, llamar a un amigo e irse del local. El investigado mantuvo su inocencia, negó que la llevara al baño, ni que abusara de ella. "Discutíamos porque era autoritaria, pero solo teníamos una relación laboral", dijo.

La Fiscalía pide para él una multa de 21 meses con una cuota diaria de ocho euros por un delito de abuso sexual, una indemnización de 3.000 euros por daños morales y una orden de alejamiento de 300 metros durante dos años. La acusación particular pide la misma indemnización y tres años de cárcel. El juicio se celebró a puerta abierta, un hecho muy poco frecuente en los casos de delitos sexuales. La víctima explicó su versión y que dejó de trabajar para este hombre en julio de 2020, fecha sobre la presentó la denuncia. Dijo que tardó tanto, entre otras cosas, por temor a cómo fuera a reaccionar su marido. También, que ahora trabaja como limpiadora porque le cuesta estar de cara al público.

Hubo varias versiones sobre el contexto de los hechos. El fiscal sostuvo que sucedieron pasada la medianoche después de que la víctima hubiera quedado a cenar con el acusado, su pareja y otra amiga. Si bien, la propia denunciante dijo que ella no había ido a cenar, sino que coincidió con el hostelero y su pareja en la barra de la sidrería, donde discutieron.

Declararon varios testigos, entre ellos la pareja del investigado y empleadas suyas. Ninguna acreditó lo sucedido en el baño y comentaron que coincidieron todos en la celebración del cumpleaños de la pareja del hostelero, donde, tras una comida y una cena, la víctima habría bebido y habría tenido varias discusiones. Una por el estado en el que le sirvieron un cachopo. La acusación los calificó de "hostiles". También declaró el hombre que fue a buscar a la mujer. "Tenía un tono agonizante. Le dije que fuera a denunciar", afirmó.

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