Historia solidaria en Gijón: los mayores del Polígono recaudan dinero para regalar una vaca a la aldea senegalesa de un vecino

Los usuarios piden ayuda tras sufrir el robo de su hucha, con más de 800 euros: "Es indignante"

Pilar Ariza sostiene la nueva hucha, encadenada al mostrador, acompañada por María Sánchez y Dan Thiam (en el centro) y otros usuarios del bar del centro de mayores del Polígono, ayer.

Pilar Ariza sostiene la nueva hucha, encadenada al mostrador, acompañada por María Sánchez y Dan Thiam (en el centro) y otros usuarios del bar del centro de mayores del Polígono, ayer. / JUAN PLAZA

El senegalés Dan Thiam lleva 17 años en Gijón y desde su llegada frecuenta el bar del centro de mayores del Polígono. Conoce a casi todos los usuarios, que le consideran "como uno de la familia", y también a la responsable del negocio, María Sánchez, que es desde hace tiempo su pareja. Ambos, y previo acuerdo con sus mayores, instalan todos los años una hucha para recaudaciones solidarias y, hace unos meses, y por la preocupación de Thiam por su aldea natal, lanzaron una campaña para poder comprar una vaca. La idea era que en el pueblo senegalés de Thiam, Diokoul, los vecinos pudiesen reponerse de sus problemas de sequía y comprar carne a bajo precio y luego, con ese dinero, comprarse otra vaca para repetir el proceso al año siguiente. Los mayores se volcaron con la causa y, calcula Sánchez, habían llenado la hucha con más de 800 euros. Pero un varón, a quien busca la Policía, robó esa hucha el miércoles. Los mayores del Polígono tienen que volver a empezar.

Los usuarios del centro de mayores están indignados, pero no se rinden. "Me han ayudado a encadenar la hucha al mostrador para que no nos vuelva a pasar", agradece Sánchez, que explica que Thiam se había mostrado contrario a repetir la recaudación: "Él explica, y tiene razón, que ese energúmeno nos robó a todos, también a los usuarios, y que era injusto pedirles nada más". Pero en el Polígono no se lo consintieron. Los propios clientes trajeron una hucha nueva y pusieron los veinte primeros euros para volver a empezar. La recaudación está abierta desde el pasado sábado y, ahora, cuenta con el apoyo de la asociación vecinal, que trata de ampliar la campaña a todo el barrio.

En aquella hucha robada no había apenas calderilla. "Era todo de 50 céntimos para arriba, muchas monedas de dos euros y muchísimos billetes. Pesaba un montón y siempre hacíamos la broma de que a ver si nos la iban a robar. Yo creo que este hombre escuchó esos comentarios y vino preparado", explica la responsable del bar. Ella, de hecho, sospechó de él desde el primer momento. "Ya era de noche, y yo veía algo raro en él. Pensé hasta en retirar la hucha, pero me sentí mal: no quería prejuzgarle. Al final, en cuanto me aparté un segundo de su lado, la cogió y echó a correr, y yo detrás, en chanclas, pero se fue por la Escuela de Idiomas", lamenta la hostelera, que reconoce que ella tiene "una impotencia tremenda" y que Thiam, que es muy tímido –aceptó salir en la foto por los mismos usuarios que le animaron a repetir la colecta–, está "muy afectado". La hucha robada se había instalado el 23 de diciembre. La nueva admite recaudaciones desde este sábado. Y el plazo es ajustado. "Por el Ramadán, ahora tenemos solo un mes para conseguirlo, y según se acerque la fecha los precios van a ir subiendo porque habrá más demanda. Las vacas allí ahora andan por los mil euros", señala Sánchez.

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