Cuba pone en primer plano al fotógrafo gijonés García de Marina

El Museo Nacional de Bellas Artes dedica al artista asturiano una retrospectiva y San Petersburgo acogerá una exposición

Una de las obras del fotógrafo gijonés García de Marina.

Una de las obras del fotógrafo gijonés García de Marina. / Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

García de Marina (Gijón, 1975) es un fotógrafo de vocación más bien tardía y de trayectoria vertiginosa. Se formó con José Benito Ruiz, al que considera su mentor, y presentó su primera exposición individual en el año 2012 en el centro cultural Antiguo Instituto de Gijón. Ahora, el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, en La Habana, le dedica una retrospectiva, la primera de un fotógrafo español en esta institución. Se inaugurará el 23 de febrero, con 70 fotos realizadas por García de Marina desde 2012 hasta prácticamente la actualidad, y a la semana siguiente el Museo Erarta de San Petersburgo presentará "Nuances", con otras 80 fotos suyas.

En abril, del 18 al 26, García de Marina estará en el Festival Internacional de la Imagen de México, en la ciudad de Pachuca de Soto, donde tiene previsto impartir un taller de fotografía.

En la retrospectiva de La Habana, que se titula "Huellas, símbolo y paisaje interior", García de Marina ha contado con el respaldo de la Fundación Municipal de Cultura y la Universidad Popular de Gijón de Gijón. Expone fuera de España a menudo, incluso en Nueva York y en Londres, pero el que ahora le dedica el Museo Nacional de Cuba constituye para él un reconocimiento muy por encima de sus expectativas y que representa un hito extraordinario en su trayectoria artística. La comisaria de la exposición, Margarita González Lorente, considera que el trabajo de García de Marina "es impresionante, pues con muy pocos elementos construye imágenes que dicen mucho. Narra a través de sus fotografías problemáticas de nuestro tiempo, interrogantes, situaciones y momentos difíciles de la vida. Todo un mundo imaginativo con limpieza, sobriedad e inteligencia".

Una obra de García de Marina.

Una obra de García de Marina. / LNE

La de García de Marina es fotografía conceptual –poesía visual, para los críticos–, aunque él esquiva las etiquetas. "No considero que sea poesía visual, ni fotografía conceptual ni minimalista; retrato lo que se me viene a la cabeza, cuento historias con los mínimos elementos, a través de simbolismos", afirma. Su primera foto conscientemente conceptual la tomó un año antes de aquella primera individual y es una de las huellas que su hija Laura, que por aquel entonces tenía tres años, había dejado en el suelo al salir de la bañera.

Cuba pone en primer plano al fotógrafo gijonés García de Marina

Cuba pone en primer plano al fotógrafo gijonés García de Marina / LNE

A partir de ahí fue encadenando exposiciones. Una en colaboración con la Fundación Joan Brossa, luego "La palabra inacabada", que explora las relaciones entre la imagen y la literatura; más tarde "Inocente", sobre la vulneración de los derechos humanos, y en 2017 "Constelaciones", una gran colectiva organizada por el MUSAC, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, sobre la fotografía experimental española desde los años 60.

Las fotos que García de Marina expondrá en San Petersburgo, adonde viajará en junio para mantener un encuentro con el público, tratan "sobre la vida y la muerte, sobre el dolor y el sufrimiento".

Sus preocupaciones y su técnica fotográfica han evolucionado a lo largo de los años. "Al principio tomaba fotos individuales; luego empecé a hacer secuencias de fotos, series con varias fotografías; después proyectos, como en ‘Inocentes’, en ‘La palabra inacabada’ o en el proyecto sobre Brosa".

La energía creativa la despliega antes y después del "clip". Todo sucede antes y después de ese instante. Pensar las imágenes es lo que más tiempo le lleva; luego las edita, lo imprescindible, porque, advierte, "no son fotos retocadas".

Cuba pone en primer plano al fotógrafo gijonés García de Marina

Cuba pone en primer plano al fotógrafo gijonés García de Marina / LNE

Las grandes exposiciones, como la colectiva para la que fue seleccionado por el MUSAC o la retrospectiva que está a punto de inaugurar en La Habana, le sirven para reflexionar sobre su trabajo. "Necesitas madurez para explicar lo que haces. No reparaba en el porqué de lo que hacía, se me ocurrían las imágenes y tomaba la fotografía, sin entender cómo funciona el cerebro", explica. Ahora se conoce mejor y se siente en el camino de la madurez. En estos últimos tiempos está anda interesado en la vida y la muerte. "Hace unos meses hice un proyecto sobre la pandemia, y estos siguientes años voy a dedicarme a inquietudes diferentes que me permitirán evolucionar", avanza.

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