El tsunami de Jove arrasa con todo

Iba a ser una semana para la historia de Gijón. Una semana llena de buenas noticias. O por lo menos eso anunciaba la agenda oficial de actos. El problema es que nadie vio venir que esa semana histórica se iba a reescribir desde Madrid. Más en concreto desde el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Su decisión de frenar en seco la actual licitación del vial de Jove, con sus 286 millones, descartando el túnel que daba forma al diseño actual y recuperando el recorrido en superficie al que ya se había opuesto Gijón hace tres décadas se llevó todo por delante. Y no era poco.

El tsunami del vial de Jove le quitó brillo a un buen puñado de cosas que no pasan todos los días. Ni mucho menos. A un pacto de concertación que garantiza movilizar 76,5 millones del presupuesto municipal en cuatro años a favor de la creación de empleo y el impulso a la economía local y que firmaban el lunes en el salón de recepciones de la Casa Consistorial la representación municipal con sus socios de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) y los sindicatos UGT y Comisiones Obreras. "Gijón Futuro" sienta las bases del nuevo escenario económico en el que se quiere mover Gijón.

A un acuerdo de la Autoridad Portuaria a favor de la venta al Ayuntamiento de su parte del suelo de Naval Gijón favoreciendo así el arranque de la mayor operación municipal de regeneración de la costa de los últimos tiempos. Un proyecto vital para la recuperación de El Natahoyo y su entorno y un elemento clave para atraer negocios de economía azul a un nuevo espacio empresarial a pie de mar. Tras el sí de este martes en el consejo del Puerto, el gobierno de Carmen Moriyón ya ha iniciado la tramitación de la modificación presupuestaria que, echando mano del remanente, le permita pagar esos 4,6 millones que cuesta ese suelo. Pendiente está la negociación con Pymar, el otro propietario, pero ya se pueden poner en marcha todas las tramitaciones urbanísticas para ir adelantando trabajo.

También ensombreció la inauguración de una exposición, "Orto y Ocaso", que es mucho más que una muestra sobre vidrio y loza. Es el estreno de la nueva etapa del Palacio de Revillagigedo como equipamiento cultural para uso del Ayuntamiento en base a un convenio inicial firmado con la Fundación Cajastur y la voluntad de ambas partes de que la relación vaya a más en el tiempo. La intención del gobierno local es que el Palacio de Revillagigedo configure, junto a la Casa Natal de Jovellanos y la futura Tabacalera, el triángulo central de la cultura en el corazón de Gijón. Un triángulo que se integra dentro de esa "vía gijonesa" de desarrollo cultural.

El dolor y del disgusto por el vial de Jove también afectaban a lo que siempre es motivo de alegría para la ciudad: la elección de quienes recibirán la medalla de Gijón el día de San Pedro. Esta vez la Junta de Portavoces, convocada el jueves por la tarde en pleno tsunami de Jove, optó por dar la de oro al Cuerpo Nacional de Policía en su bicentenario y las de plata a la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales, el equipo de Atención Primaria de Gijón y el centro de Coordinación de Salvamento Marítimo.

El cabreo unánime, tanto entre vecinos como entre políticos, que generó el nuevo varapalo a una infraestructura sobre la que se lleva peleando años, también ha llevado al olvido los trámites de hace unos días para hacer realidad en El Musel una planta de producción de materiales para fabricar baterías para coches eléctricos, que supondrá mil millones de inversión y 900 empleos. Hay quien ya ni se acuerda de la bronca por ser, o no ser, sede de un Mundial de fútbol.

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