Rosas y aplausos por Maricuela, un "símbolo eterno" del socialismo asturiano

"Será patrimonio de todos los demócratas", defiende Adrián Barbón sobre la histórica miliciana, despedida entre multitudes

"Se ha muerto Ángeles, que era mi madre, pero queda Maricuela. Ella será ahora un icono, un símbolo, una luz". Lo dijo José Antonio Rozada este sábado en el multitudinario acto de despedida por la miliciana María Ángeles Flórez Peón, "Maricuela", en un salón de actos del tanatorio de Cabueñes que se acabó quedando muy pequeño. El homenaje a la asturiana, fallecida este jueves a sus 105 años, lo organizaba la Federación Socialista de Asturias (FSA) y contó con la presencia del presidente Adrián Barbón, que defendió la figura de una mujer "menuda y con una eterna sonrisa" que es ahora "patrimonio de todos los demócratas".

Ya media hora antes de comenzar el acto decenas de socialistas y amigos de la familia merodeaban en los alrededores de la capilla ocho. El propio Adrián Barbón llegó –acompañado por la vicepresidenta Gimena Llamedo y por la diputada Adriana Lastra– también con antelación y, cuando abrieron las puertas del salón, la mayoría de los asistentes tuvo que quedarse de pie ante las bancadas llenas. Se dejaron ver representantes como Iván Fernández (alcalde de Corvera), los consejeros Alejandro Calvo y Marcelino Marcos Líndez y Paz Fernández Felgueroso, exalcaldesa de Gijón. "Toda la militancia nos hemos dado cita aquí porque Maricuela era una militante ejemplar, un ejemplo de respeto y democracia", señaló esta última. "Nunca dejó pasar ninguna oportunidad para defender la justicia. Regresó a Asturias con 90 años largos y participó en las marchas por el aborto y en los desfiles por el Orgullo", completó María Luisa Carcedo, exministra y consejera permanente del Consejo de Estado.

A todos le pidió el hijo de la fallecida, para cumplir con el deseo de ella de ser despedida sin flores –"como se entere de todas las que hay aquí me mata", dijo entre risas–, que se llevasen cada uno a casa una rosa roja. "Los que pensaban que era inmortal, se equivocaban: solo era indestructible. Ahora descansa", señaló Rozada, que se consoló: "Ella lo único que no quería era sufrir, y no lo hizo. Falleció con tranquilidad, casi con discreción, como si quisiera que nadie lo supiese". Barbón, por su parte, intervino para recordar que la miliciana, siendo él aún muy joven y después una intervención en un acto cuyos detalles ya no recuerda, le había dicho que algún día sería Presidente. También, que se siente orgulloso de haberla nombrado Hija Predilecta. Por su parte, el secretario del PSOE local, Monchu García, destacó la "coherencia" de una militante "que siempre defendió la libertad con mayúsculas" y Olaya Rosell, de Juventudes Socialistas –de la que Maricuela era presidenta honorífica–, defendió la "entereza admirable" con la que la miliciana contaba sus años de prisión y exilio. Cada intervención fue premiada con ovaciones.

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