“Mientras mi vida alentare, todo mi amor para tí, más si mi amor te olvidare, Madre mía, Madre mía, aunque mi amor te olvidare tú no te olvides de mí”.

Con esta salve cantada en la Iglesia Parroquial de San Jose el día 11 de enero, dejaba José Antonio Fernández Hurlé de estar presente físicamente para quienes por una u otra circunstancia le apreciábamos. Se iba para volver a estar con el amor de su vida, Conchita, a quien nunca dejó de tener presente en su ausencia.

Un emotivo homenaje por parte del párroco hizo vibrar a quienes le despedíamos con nuestras oraciones, porque supo centrar los mejores valores de José Antonio, especialmente, en lo que atañe a su forma de ser, y muy en particular a sus valores espirituales y sentimientos humanos. Sus descendientes pueden sentirse muy orgullosos de haberle disfrutado.

Mi contacto con él, desde que le conozco, se fundamenta en las tertulias y disfrute de su compañía, a través de nuestro grupo “Puente de Mando”, cuya asiduidad a nuestras reuniones sobre mesa con mantel era muy apreciada por todos los componentes. Eso sí, siempre acompañado de su inseparable amigo Adolfo García, quien, sin lugar a dudas, va a notar mucho el hueco que deja.

Muchas conversaciones hemos mantenido en nuestras tertulias en las que, su sentido de prudencia y saber estar, ha prevalecido siempre, de ahí precisamente viene el aprecio generalizado de los componentes de este grupo de amigos, quienes de una u otra forma han participado al trasladar la noticia de su fallecimiento con la tristeza por “el amigo que se va”.

Quienes conocíamos su sentimiento y espíritu religioso, nos unimos a lo que él, con seguridad ha trasladado con el corazón al conocer su desenlace en la tierra “hágase en mi tu voluntad”. Es el consuelo que nos queda a quienes le conocíamos para asumir que cuanto más honda cala la pena en nuestro ser al despedirle, podemos compensarla con el efecto de que se ha cumplido su deseo de unirse al disfrute eterno.

Nuestro cariño hacia ti desde este grupo de amigos estará latente en nuestros encuentros futuros, que esperemos poder retomar tan pronto como superemos esta etapa tan complicada para ello, debido a la prudencia que esta situación del covid–19 nos recomienda.