Taza y media

El manto verde de la reina

Eloy Méndez

Eloy Méndez

Hace años que la estatua de Isabel la Católica ubicada en el parque al que da nombre está cubierta por el manto del olvido que teje el verdín. Pero la efigie de la reina de Castilla y monarca consorte de Aragón, obra de Marino Amaya inaugurada en 1965, no es una excepción en el pulmón gijonés. Como ella, el resto de conjuntos escultóricos son diana del vandalismo y del desdén municipal a partes iguales. Al nulo mantenimiento, se suma la falta de carteles que informen al visitante sobre la colección pétrea que contempla en su recorrido por este museo al aire libre, nunca lo suficientemente valorado. El plan previsto por el gobierno local para la rehabilitación de estas piezas, como remate a la regeneración de la zona, es un obligado ejercicio de dignificación.

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