La laicidad como arma política

Sobre encerrar el derecho fundamental a la libertad religiosa

Fidel García

Fidel García

El término laicidad se presenta a confusión por motivos ideológicos partidistas. Entendida como autonomía e independencia de la Iglesia del Estado, tiene base en el mensaje evangélico: dad al César lo que del César y a Dios lo que es de Dios, doctrina reconocida en la Concilio Vaticano II.

Esta autonomía no niega la colaboración entre ambas instituciones siempre que se trate del bien común general. Frente a esta visión positiva, no falta quienes defienden una laicidad negativa puramente ideológica política, hostil a la presencia del hecho religioso en la vida pública. Esta postura negativa ha sido criticada en la actualidad por el presidente francés, Emmanuel Macron, nada sospechoso. En un discurso en la Universidad Francesa, criticó lo que se entiende por laicidad negativa y apostó por un claro diálogo cultural con el catolicismo francés, sin el cual no se puede entender de hecho la cultura francesa. Como pasa en España.

En este sentido, la Constitución española no defiende la laicidad negativa, sino de la colaboración con la Iglesia Católica, lo que supone respetar la aconfesionalidad del Estado. Las instituciones públicas pueden defender una laicidad positiva, respetando los principios constitucionales por eso no tienen sentido impedir la presencia de los representantes públicos en los actos religiosos que consideren oportunos y convenientes, sin cesar censurados y criticados por eso. Encerrar el derecho fundamental a la libertad religiosa de un representante público no tiene ningún fundamento, es un ejemplo claro de laicidad negativa. A esto se puede añadir que en España están vigentes los acuerdos firmados entre la Santa Sede y el Estado español. Por lo que se deduce, algunos partidarios de laicidad negativa, los acuerdos deben ser renunciados, lo que supone un claro prejuicio para la sociedad española en temas tan importantes: como educación, sanidad, y colaboración en asuntos sociales ancianos emigrantes, madres solteras, en instituciones como Cáritas, Manos Unidas (...).

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