Opinión

Pasión por la Semana de Pasión

La culminación de todo un año de dedicación y trabajo realizado con todo el esfuerzo, mimo y cariño

Agradecido de la oportunidad que se me brinda en este querido periódico, pretendo con estas líneas tratar de trasladar, al menos un mínimo, de lo que se vive y se siente cuando, durante toda esta semana, ponemos en las calles de nuestro querido Gijón la Pasión de Nuestro Señor.

La puesta en la calle de los tronos e imágenes, es la culminación de todo un año de dedicación y trabajo realizado con todo el esfuerzo, mimo y cariño hacia una de las tradiciones más ancestrales de nuestra villa, hombres y mujeres como usted que en estos momentos lee estas líneas, que usan de su tiempo personal para dedicarlo en cierta manera a nuestra Ciudad, que han dado un paso adelante y han decidido ser partícipes activos de la vida y oferta sociocultural de este Gijón del siglo XXI que, con la vista y el objetivo puestos en la modernización, la adaptación a todos y el futuro, no solo no desdeña las tradiciones si no que apuesta por ellas como no puede ser de otro modo.

Al hilo de la concesión de la Medalla de Plata de la Villa a la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales de Gijón de la que, en nombre de la Santa Vera Cruz, formo parte hace ya más diez años, reconocimiento que aprovechando de este marco quiero agradecer a la ciudad representada en su excelentísimo Ayuntamiento y el pleno de sus concejales, muchos han sido quienes se han acercado a felicitarnos pero también a preguntar qué es lo que vivimos debajo de los capirotes o verdugos morados de la Vera Cruz, o los tronos con nuestras veneradas imágenes, que desde hace ya 30 años nos ha hecho ser tan tenaces en la lucha contra los elementos y estos tiempos tan pro-laicistas que nos han tocado vivir. Ante esto solo puedo responder casi con lo que parece una evasiva pero que es la realidad… "No te lo puedo expresar con palabras…te invito a que lo experimentes por ti mismo".

Las Hermandades y Cofradías de nuestra villa somos unas asociaciones más de las muchas que coronan este Gijón vivo y ávido de actividad todo el año. Unas asociaciones como pueden ser las charangas, los clubes sociales, las asociaciones vecinales entre otras, todas ellas con una importancia vital en el entramado asociativo de Gijón, en nuestro caso eso sí, a nadie se le escapa que nos caracteriza y nos retroalimenta la fe cristiana con los valores inherentes a la misma, pero una cosa quiero dejar muy clara, que esa fe que nos mueve en ningún momento sirve de elemento discriminador para poder entrar a formar parte de una cofradía o hermandad. Todo lo contrario en las Hermandades y cofradías tiene cabida toda aquella persona que desee vivir y participar de esta aventura, no se piden carnets ni filiaciones, ni condiciones de ningún tipo os lo puedo asegurar… nuestro estandarte es que todos somos hermanos y esa es la base firme sobre la que situarnos si no queremos perder el norte de lo que somos y hacemos. Solo priman los valores personales y el respeto al prójimo.

Nos mueve la Semana de Pasión, claro está pero esto es solo la punta del iceberg, campañas de recogida de alimentos, material escolar, juguetes para los niños que no pueden llegar a ellos, colaboraciones económicas cuando se puede pues los recursos son exiguos, acompañamiento en residencias de ancianos y un largo rosario de actividades caritativas, sociales y como no, también lúdicas, salpican todo el año vital de una hermandad como por ejemplo la Santa Vera Cruz fundada hace ya unos pocos de años allá por 1645 pero tan moderna como los tiempos que le toca vivir.

Al momento de terminar permitidme pues que desde este rincón os invite a acercaros a las Hermandades, a compartir en mi hermandad de la Santa Vera Cruz este sentimiento pleno de vivencia, esta pasión por la Pasión de Nuestro señor. Dejad a un lado el miedo al qué dirán si me ven participando en algo así, quitaos el verdugo diario y dad ese salto a la participación activa de un sentimiento que, si os atrevéis ya me lo contaréis (como otros y otras han hecho antes), termina por invadirte las venas.

Paz y bien.

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