Opinión

Cuando fueron a por...

Legislar contra los bulos intencionados

Mientras iban a por Pablo e Irene, Sánchez callaba, eran socios de gobierno, le sacaron las castañas del fuego, pero no podía dormir. Mientras quitaban el escaño a Alberto Rodriguez, Sánchez callaba, era un expolio, las pruebas no se sostenían y la inhabilitación la anuló el Constitucional, pero Alberto hablaba claro y no se vendía, y un tipo así es un mal ejemplo, obliga a los demás a hacer las cosas bien. Mientras fueron por Victoria Rosell, Monedero, Mónica Oltra, Manuela Carmena y otros, Sánchez callaba. Mientras fueron a por Garzón se limitó a decir: "donde esté un chuletón al punto…". Mientras la policía patriótica montaba casos contra Podemos, Sanchez callaba. También callaba mientras los jueces alargaban casos sin base, haciendo de un mimo a una cría o del robo de un teléfono por los patriotas de Jorge Díaz, casos de lesa humanidad. Mientras fueron a por Podemos hasta dejarlos al borde de la nada, Sánchez callaba y calculaba los votos de la izquierda que recuperaría. Cuando Pablo Iglesias dijo que ni la libertad de expresión ni la de prensa avalaban la difusión de bulos, le tacharon de censor y Sánchez callaba. Cuando Mónica Oltra advirtió "Nos van a fulminar uno a uno con denuncias falsas", Sánchez callaba.

Ahora fueron a por Sánchez con una sucesión de bulos que no se sostienen sobre su familia, no solo sobre su mujer, pero ya puede ser tarde para todos. La nueva ultraderecha con otro collar, está crecida y dispuesta a todo, para recuperar el poder como le exigen sus patrocinadores del Ibex. No importa el precio.

El Partido Popular nunca apoyó a los trabajadores, Aznar y Rajoy, al servicio de las élites, cargaron las crisis en los ciudadanos y limitaron las libertades cuando pudieron. Donde gobiernan con Vox, firman acuerdos franquistas para pagar los votos que les mantienen. Feijóo, lanza continuas andanadas de falsas acusaciones contra Sánchez. Lo que dice es una especie de "te lo llamo para que no me lo llames". Curiosamente sus acusaciones encajan mejor en su propia persona y actividad, que en la de Sánchez.

Pese a su indiferencia cuando eran otros los acosados, hay que alegrarse de la continuidad de Sánchez, lo contrario sería dar por bueno un golpe de estado encubierto que nos devolvería al siglo pasado y dejaría nuestro futuro en manos de políticos mentirosos y medios de comunicación afines. En Portugal hicieron una revolución y juzgaron y condenaron a los responsables de la dictadura, aquí les pusimos una alfombra roja y han vuelto más fuertes, dispuesto a ganar mintiendo lo que no ganen en las urnas. Es un círculo vicioso peligrosísimo, inventan bulos, medios de comunicación afines los difunden y luego van a los juzgados a denunciar porque aparece en les medios. Al final queda en nada, pero las víctimas de los bulos ya están fuera de la política con condenas de telediario. Lo llaman democracia, pero no lo es.

Sánchez debe aprender la lección, reconocer los méritos de quienes gobernaron con él, bajar de la nube en la que se ha instalado, renovar el CGPJ, legislar contra los bulos intencionados, poner en marcha los acuerdos de investidura y recuperar los socios que usó y tiró.

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