Langreo, E. PELÁEZ

La alcaldesa de Langreo, Esther Díaz, destacó ayer, frente a las pérdidas con que cerró el Museo de la Siderurgia (Musi) el año 2010 y el descenso de visitantes en estos primeros cinco meses del año, la «alta recuperación de patrimonio» que desarrolla. «Si las cifras económicas no son buenas, las de recuperación de patrimonio son altísimas», señaló.

Además, según la regidora y presidenta de la Fundación Museo de la Siderurgia, este equipamiento «está tirando hacia adelante con mucho trabajo». Ante esa situación, «las cifras se quedan a un lado», subrayó Díaz, para añadir a continuación que «el patronato no trabaja desde la imposición sino que pide colaboración». La gerente del museo langreano, Asunción Torre, añadió que el análisis del número de visitantes del equipamiento siempre debe realizarse «relacionándolo con el presupuesto anual», en respuesta a las críticas de IU, que considera que el Musi, que nació como «un gran proyecto se está convirtiendo en algo irrelevante cultural y socialmente».

La alcaldesa y la gerente del Musi realizaron estas declaraciones en el acto de presentación de una de las piezas del museo que han sido restauradas, la grúa de vapor conocida como «La leona». Será la primera pieza de la proyectada ampliación del Musi que se realizará en las antiguas naves de Metalsa próximas al refrigerante que han sido cedidas por Arcelor-Mittal al Ayuntamiento. La grúa, que forma parte de un conjunto de siete máquinas ferroviarias del Consistorio que están siendo sometidas a un proceso de restauración por parte de Talleres Alba, estará guardada en una de las naves de Metalsa hasta que concluya la reforma del taller de ajuste.

Las obras en ese edificio, el más próximo de los cedidos al actual Musi, se centrarán en la recuperación de la cubierta que, explicó la Alcaldesa, «está bastante deteriorada». El Ayuntamiento ya ha elaborado el proyecto, que será financiado con cargo a los fondos mineros.

«La Leona» es una grúa a vapor autopropulsada con caldera vertical, cabina giratoria y pluma que fue propiedad de la empresa Duro Felguera y posteriormente de Ensidesa. Según indicó Mónica García Cuetos, responsable de Documentación del Musi, esta máquina «trabajaba en el interior de la fábrica y acudía cuando descarrilaba algún tren». Se desconoce su año de construcción aunque ya aparece en el inventario Galtier del año 1964.

Por otra parte, la asociación cultural Musi-Pedro Duro exigió ayer a los responsables del museo que elaboren ya el documento de donación de varios objetos que entregaron en 2005.