Tolvas convertidas en un centro de arte, viviendas mineras con ojos por ventanas y un hórreo asomado al cañón del Colorado. Estas piezas y otras muchas forman parte del proyecto en el que han participado una treintena de alumnos del Bachillerato artístico del IES Cuenca del Nalón de La Felguera. La experiencia tiene por objeto profundizar en el conocimiento de los rasgos que definen arquitectónicamente a las cuencas mineras. Esos elementos singulares han sido reinterpretados por los estudiantes a través de una serie de pinturas, esculturas, maquetas, fotografías y montajes audiovisuales que serán exhibidos en una exposición que lleva por título "Arquitectura y escuela" y se podrá ver en la Casa de Cultura de Sama a partir del 2 de junio.

"Tomando como referencia diferentes elementos constructivos, los alumnos han ha culminado el trabajo con la preparación y montaje de esta muestra que, aunando entusiasmo y creatividad, propone una relectura los elementos arquitectónicos y unas imaginativas soluciones estéticas y funcionales", indicó Lluis Gabriel Antuña García. asesor del Centro de Profesorado y Recursos Cuencas Mineras.

En una línea similar se expresó Marta Elena Beiro, directora del IES Cuenca del Nalón. "Todo esto surgió de una visita que hicieron los alumnos a la Laboral para ver la exposición de los arquitectos Nacho Ruiz y Sara López sobre las Cuencas. La experiencia ha sido muy interesante porque ha permitido a los chavales ver el sitio en el que viven desde otra perspectiva y en pensar en cómo podría transformarse", indicó la docente.

La muestra, que utiliza diferentes formatos artísticos y soportes expositivos, se centra en tres ejes temáticos. El primero es la reinterpretación de una casa tradicional de la cuenca, que en los trabajos de los alumnos aparece sumergida en mar, reconvertida una casa de cuento, rodeada por un dragón chino o transformada en gato. Otro pilar lo componen los "artefactos mutantes", las construcciones amalgamadas de viviendas y edificaciones tradicionales como hórreos y paneras. Por último se tomaron dos iconos industriales (los Talleres del Conde y unas tolvas) con la idea de darles un nuevo uso. "En el caso de los Talleres se impuso la idea de hacer un instituto y las tolvas se transformaron en un centro de arte, analizando todas las funcionalidades que podían tener", concluyó Beiro.