San Cosme (Cudillero)

«Si volviese a nacer, sería de nuevo comerciante», subraya María Victoria Albuerne, «Toya» para los amigos. A punto de jubilarse, Toya es la última de una saga de tenderos iniciada por sus abuelos, José Albuerne y María Marqués, un matrimonio natural del pueblo cudillerense de San Cosme que compaginó durante décadas la actividad comercial con el trabajo del campo.

«Casa Toya», también conocida popularmente como «Casa El Foro», abrió sus puertas en 1921 al pie de la carretera que conduce a Brieves. «Cuando se casaron, mis abuelos fueron a vivir a una casita en una zona de San Cosme que se llama "El Foro", de ahí el apodo», precisa Toya. Su abuelo, José Albuerne, realizó varios viajes a Cuba durante las dos primeras décadas del siglo XX. «Antes de establecer el negocio, viajó en varias ocasiones a la isla antillana. Él iba y venía. Permanecía durante una temporada allí y regresaba con dólares», comenta la tendera cudillerense.

Por aquel entonces, la travesía por el océano Atlántico hasta Cuba duraba aproximadamente un mes. José Albuerne solía trabajar en la isla durante un par de años. Cuando regresaba, invertía el dinero obtenido en la compra de fincas o en la construcción de su vivienda, en cuyo bajo estableció su comercio, probablemente después de cruzar por última vez «el charco». «Mis abuelos tuvieron cinco hijos. Un retoño por cada viaje de mi abuelo. Él solía permanecer en San Cosme mientras esperaba el nacimiento de cada uno de sus vástagos», comenta Toya.

María Marqués falleció en 1947 y su marido en 1961. «Tras la muerte de mis abuelos, mis padres se ocuparon del negocio», afirma Toya, la cual apenas llegaba al mostrador de la tienda cuando comenzó a ayudar en el comercio familiar. «Nací aquí, como quien dice. Tenía un taburete en el que me subía para atender a la gente», recuerda la empresaria. Y añade: «En 1980 pasé a llevar yo sola el establecimiento».

Rodeada por estanterías de madera repletas de productos alimenticios, de limpieza o de útiles tan cotidianos como varios calderos, Toya permanece tras el mostrador de lunes a domingo. Tan sólo descansa unas horas durante la tarde dominical. «Aquí abrimos como en casa de María, de noche y de día», bromea. Su bar tienda es el último que continúa abierto como tal en el pueblo. «De los cuatro que había tan sólo permanecen abiertos éste y "Casa El Chisco", que ahora es un hotel. Otros como "El Ramón" o "Casa José" cerraron ya hace años», matiza. Ser el único superviviente es un motivo de orgullo, pero también un síntoma de que los buenos tiempos se acabaron para los comercios tradicionales.

María Victoria es consciente de ello y no lo oculta. «Mi jubilación está próxima y nadie viene detrás de mí», subraya. No obstante, en el pueblo «Casa Toya» es mucho más que un comercio. «Regentar un comercio rural tiene sus pros y sus contras. Te da muchas alegrías si eres condescendiente, pero por otra parte es como un confesionario. La gente quiere hablar y se deshoga contigo, por lo que hay que ser muy prudente», sostiene.

Nacer en el seno de una familia de comerciantes condicionó el futuro de Toya, pero ella no se arrepiente para nada de haber emprendido el mismo camino que sus antedecesores. «Volvería a ser la misma una y otra vez», recalca. Y es que el trato con la gente es su mayor satisfacción. «Mantener un negocio es muy difícil pero los que llevamos muchos años tras el mostrador conocemos ya el quid para que esto sea posible», advierte.

«Apenas se ven tiendas como ésta ya», comenta. «Ya no se vende como antes, eso está claro. Por suerte, el estar situada al pie de la carretera permite que aún pare mucha gente de fuera, además de la del pueblo. Tengo una clientela muy fiel. Los habitantes de pueblos como La Rondiella, El Ribao o Los Baos siguen viniendo a comprar aquí», afirma la tendera, quien advierte de que permanecerá al pie del cañón hasta que la gente de San Cosme se canse de ella.

Nombre

Casa Toya

Lugar

San Cosme (Cudillero)

Fundadores

José Albuerne y María Marqués

Fecha de apertura

1921

Tipología

Comercio mixto

Otros datos

José Albuerne, su fundador, realizo varios viajes a Cuba durante las dos primeras décadas del siglo XX. Con el dinero conseguido en la isla antillana sufragó las obras de construcción de su casa y de su bar tienda.

Su nieta María Victoria Albuerne, «Toya», regenta actualmente el negocio.