Lloza (Coaña)

Desde que, en el año 2004, el bolo rodao se convirtiera en la octava modalidad de bolos en formar parte de la Federación Asturiana se puede decir que hablar de bolo rodao es hablar de la localidad de Lloza, en el concejo de Coaña, pues la bolera de esta aldea occidental se ha convertido, desde entonces, en el punto de referencia para los principales campeonatos provinciales que se disputan anualmente.

Esta concentración de torneos tiene su razón de ser, pues fue, precisamente, la fundación, aquel año, del Club de Bolos Lloza lo que dio pie a la entrada de esta modalidad en los órganos federativos, con el fin de promocionar y de promover un juego ancestral que había quedado relegado a pruebas ocasionales, generalmente con motivo de la celebración de alguna de las fiestas locales que tienen lugar en la comarca occidental.

Según palabras del secretario del club, Rafael García Méndez, el rodao es un juego que cuenta con más de un siglo de antigüedad y que tuvo su origen en algunas aldeas de la costa occidental, como Cartavio, Lloza, Medal, Miudeira y Valdepares. Además, explica que, durante mucho tiempo, esta modalidad compartió protagonismo con el pasabolo, ahora conocido como bolo celta, siendo muy habitual que los hombres jugasen al pasabolo y las mujeres y los niños, al bolo rodao, pues la práctica de esta modalidad precisa menos fuerza.

La práctica del bolo rodao mantuvo una gran popularidad, como tantos otros deportes autóctonos, durante la posguerra, pero fue decayendo progresivamente y, desde la década de los setenta, pasó a jugarse de forma esporádica en determinadas fechas.

El tradicional binomio bolos-fiestas patronales fue lo que evitó la total desaparición del juego por las sucesivas generaciones que asiduamente celebraron la tradicional bolada de San Salvadorín, que tiene lugar en Lloza el 7 de agosto.

Fueron los participantes asiduos de esta competición veraniega los que decidieron aunar esfuerzos para crear el club de la localidad, cuya acta fundacional se firmó el 24 de abril de 2004, y los que iniciaron una incansable labor que ha puesto al pueblo y al bolo rodao en el calendario deportivo anual de la región. Aquí se celebran ahora los torneos más importantes del año, como los provinciales, en sus diferentes categorías, y el torneo de Navidad, que este año alcanzaron su séptima edición.

El balance que realiza el club presidido por Alberto Fernández no podría ser más satisfactorio, pues, a día de hoy, el club cuenta con más de 30 socios, todos ellos jugadores federados, y se han organizado decenas de torneos. De todos modos, los responsables del club creen que esto no hubiese sido posible sin la ayuda recibida de distintas entidades de la zona. Es el caso del Ayuntamiento de Coaña, que, a través de su gestiones, colaboró en la rehabilitación de la bolera de Lloza y de la quesería artesanal Abredo, la cual colaboró en la construcción de un nuevo vestuario para los jugadores.

En lo referente a la competición, este año no ha sido una excepción y, una vez más, la igualdad ha sido la nota predominante en una modalidad en la que estamos acostumbrados a ver cómo los títulos se resuelven por la mínima diferencia de uno o dos bolos. En los campeonatos de Asturias, que contaron con el concurso de 28 personas y que se celebraron el pasado mes de agosto en la bolera de Lloza, coincidiendo con las fiestas de San Salvador, Fernando García se proclamó campeón absoluto, con un total de 110 bolos, seguido, con sólo un bolo de diferencia, por Alberto Ángel Fernández. Completó el podio Francisco Pérez, tras totalizar 110 bolos.

En categoría femenina fue la jugadora Brenda Álvarez, quien, con su clase habitual, se alzó con el título regional, tras sumar la abultada cifra de 113 bolos (mejor marca de todos los participantes). El segundo escalón del podio fue para Conchita Suárez, con 108 bolos, que superó en los lanzamientos de desempate a María Natalia Álvarez, quien se tuvo que contentar con la tercera plaza, después de totalizar el mismo tanteo.

En la competición por parejas, el dúo formado por María Antonia Pérez y Juan Isidro Álvarez Pérez fue campeón, con 77 bolos, seguido de lejos en la clasificación por Regina Méndez González y Fernando García Iglesias, quienes lograron 70 bolos, al igual que Brenda Álvarez Martínez y Alberto Fernández García, una pareja que finalizó tercera después de ser superada en el desempate.

Por otra parte, en el torneo de Navidad, la otra gran cita de la temporada, que tuvo lugar recientemente en la misma bolera, los triunfadores en categoría individual fueron Raúl Blanco, en categoría masculina, y María Jesús Expósito, en femenina, tras totalizar 107 y 115 bolos, respectivamente. Ambos estrenaron su palmarés en la prestigiosa cita navideña. Mientras, en parejas, el triunfo final fue para la dupla formada por María Elba Fernández y Emilio Rodríguez, que terminaron la competición con una suma de 75 bolos, muy por encima de los 68 logrados por las parejas Conchita Suárez-María Jesús Expósito y Regina Méndez-Fernando García, que ocuparon, respectivamente, el segundo y tercer puestos.

De esta manera, se cerraba el séptimo año de competiciones, en el que, año tras año, sigue repitiéndose el éxito de participación, dejando claro que la modalidad de bolo rodao tiene cuerda para rato en el concejo de Coaña y que sus vecinos no están por la labor de que este deporte popular caiga en el olvido.

A pesar de ello, el secreterio, Rafael García, cree que aún se puede aspirar a más y sitúa directamente como objetivo la captación de nuevas generaciones de jugadores. «Tenemos que enseñar a los más jóvenes los encantos de este juego que tanto nos gusta», explica García, al mismo tiempo que asegura que la modalidad de bolo rodao tiene más ventajas que otras para ser practicada, pues «puede jugar gente de todas las edades».

Muestra clara de ello es que Pilar García, una veterana jugadora que cuenta con 85 años y con un amplio palmarés que suma, entre otros éxitos, un triunfo en el Campeonato de Asturias por parejas del año 2009, título que consiguió junto a su compañera habitual, Natalia Álvarez, después de superar por un solo bolo a la pareja formada por Maite García y Juan Isidro Álvarez, demostrando que en este deporte no existen barreras ni por razones de sexo ni por edad.