Doña Cloti, eterna en Cangas del Narcea

"Siempre estará en nuestro corazón", aseguran los exalumnos de la maestra, que da nombre a las escaleras del Consistorio al prao del Molín

Asistentes al acto celebrado ayer en Cangas del Narcea. | R. T. C.

Asistentes al acto celebrado ayer en Cangas del Narcea. | R. T. C. / T. Cascudo

T. Cascudo

Clotilde Fernández, más conocida en Cangas del Narcea como doña Cloti, ya tiene su espacio en la capital del concejo. Las escaleras que unen la plaza Conde Toreno con el prao del Molín, y que discurren frente al colegio Maestro Casanova, llevan desde ayer el nombre de esta maestra que dejó huella en los cientos de estudiantes que pasaron por sus aulas y a la que siguen recordada con mucho cariño.

"Gracias a la Virgen del Carmen y a todo el pueblo, porque una de las cosas esenciales que nos transmitió Clotilde fue un profundo amor por el concejo y el orgullo de decir por todos los sitios a los que vamos: soy de Cangas del Narcea", señaló Juan Galán, uno de los nietos de esta docente, fallecida en 2014, a los 90 años de edad. Galán, ante un nutrido grupo de vecinos y los cuatro hijos de la maestra, agradeció a la Corporación actual y a la que aprobó el reconocimiento en 2014 las gestiones para homenajear a su abuela, natural de Oviedo, pero "canguesa de devoción", según dijo.

Doña Cloti nació en 1924 y aprobó la oposición de maestra en 1950. Su primer destino fue El Berrón (Siero), en el curso 1951-1952. Luego, tras pasar por otros centros, llegó a Cangas en 1960. Aunque finalizó su vida laborar en el colegio El Fuejo, donde más años dio clase fue en el Maestro Casanova, concretamente entre 1961 y 1982.

El primero en intervenir en el acto de ayer fue el alcalde de Cangas, José Víctor Rodríguez, que hizo extensivo el reconocimiento a todas las docentes que desempeñaron su oficio con "la pasión y compromiso" de doña Cloti, a la que calificó de "maestra ejemplar". Por su parte, José Ramón Puerto, promotor del homenaje en 2014, siendo concejal cangués, y encargado de glosar la figura de la maestra, recordó el "cariño, la pasión y la paciencia infinita" con la que enseñaba a sus alumnos, en una época en la que las ratios por aula eran mucho mayores que las de hoy en día. También se refirió al afán de doña Cloti por seguir aprendiendo, ya que, una vez jubilada en 1989, mantuvo una vida muy activa.

En el acto intervino también Gonzalo Azkárate en calidad de antiguo alumno. "Me enseñó a leer y a escribir, y también los números. Estoy orgulloso de este movimiento para reconocerla, porque doña Cloti siempre estará en nuestro corazón", dijo.

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