Jarrio estrena unidad especial de rehabilitación por ictus: "Ofrecemos un tratamiento intensivo, a la carta y cerca de casa"

El año pasado se registraron en el área sanitaria del Noroccidente un total de 101 accidentes cerebrovasculares, cada vez más frecuentes

Por la izquierda, Bárbara González de Cangas, Lucía Fernández, Iris Mosquera, Begoña Caraduje, Nerea Camblor y María Fernández, en el gimnasio de Jarrio.

Por la izquierda, Bárbara González de Cangas, Lucía Fernández, Iris Mosquera, Begoña Caraduje, Nerea Camblor y María Fernández, en el gimnasio de Jarrio. / Tania Cascudo

T. Cascudo

La fisioterapeuta María Fernández, la logopeda Iris Mosquera, la terapeuta ocupacional Nerea Camblor y la celadora Begoña Caraduje conforman el nuevo equipo creado en el Área Sanitaria I para dar una atención especial a los pacientes que hayan sufrido un ictus y ayudarles a recuperar sus vidas. La de Jarrio es la tercera unidad de neurorehabilitación que se crea en Asturias y estas cuatro profesionales afrontan con "ganas e ilusión" la puesta en marcha de un servicio llamado a cambiar la vida de muchos pacientes del Noroccidente. "Es una ventaja muy grande tenerlo aquí, porque se ahorran desplazamientos al centro", defienden desde el equipo.

La médico rehabilitadora Lucía Fernández es la encargada de seleccionar a los pacientes adecuados para ser tratados en esta unidad y subraya la importancia del servicio, por la cercanía que ofrece y por plantear un tratamiento "intensivo y a la carta", pues se adaptan a las necesidades específicas de cada paciente. "Hacemos un manejo integral y estamos muy pendientes de su evolución", subraya la facultativa. Ella es la encargada de recibir en consulta a los usuarios de la unidad y evalúa su situación tras la primera valoración efectuada por el neurólogo. "Se hace una valoración funcional sobre su situación y antecedentes, y se trabaja para lograr una recuperación integral", añade la profesional, que destaca la juventud y buena conexión del equipo recién creado.

El equipo en una de las sesiones de trabajo.

El equipo preparando una de las sesiones de trabajo. / Tania Cascudo

En el Área Sanitaria I se registraron el año pasado un total de 101 ictus, de los que 21 fueron tratados en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) gracias a la activación del denominado Código Ictus, el protocolo del sistema de salud para abordar con rapidez este accidente cerebrovascular. La gerente del Área, la doctora Bárbara González de Cangas, explica que la nueva unidad de Jarrio "permite avanzar en el tratamiento de una patología que es muy discapacitante y hacerlo de una manera multidisciplinar, que ofrece mayores posibilidades de recuperación".

Las cuatro profesionales que integran el servicio trabajan en el área de rehabilitación del hospital, uno de los servicios, añade De Cangas, "más estables y valorados de Jarrio". No obstante, para no interferir en el tratamiento del resto de patologías, la unidad funcionará exclusivamente en horario de tarde, de lunes a viernes. Será un servicio singular y con unos tiempos de atención muy prolongados (hasta cuarenta y cinco minutos con cada profesional), según explica la directora de Enfermería, Sandra Huerta, quien detalla que la unidad tiene capacidad para ver al día a entre seis y siete pacientes. Y es que, en función de las necesidades, recibirán atención de una o varias de las profesionales de la unidad, así como de más o menos sesiones durante un periodo más o menos prolongado. "Los tiempos de recuperación son muy variables y dependen de cada caso", señalan las profesionales. De momento, la unidad se ha estrenado con sus dos primeros usuarios.

Iris Mosquera, Begoña Caraduje, Nerea Camblor, María Fernández, Sandra Huerta y Bárbara González en el gimnasio de Jarrio.

Iris Mosquera, Begoña Caraduje, Nerea Camblor, María Fernández, Sandra Huerta y Bárbara González en el gimnasio de Jarrio. / Tania Cascudo

Cuentan Huerta y De Cangas que no todos los pacientes que hayan sufrido un ictus en el Área I son susceptibles de formar parte de la unidad. "Tienen que tener unas características especiales, que pasan por tener un potencial de recuperación importante", señalan las profesionales, que detallan criterios como el estado funcional del paciente, su edad, su tolerancia al tratamiento o las patologías previas. Un requisito general es haber sufrido el accidente en los últimos seis meses y pueden ser derivados a la unidad desde el HUCA, desde Atención Primaria o desde el propio hospital coañés.

"Buscamos que el paciente pueda recuperar su vida", apunta la logopeda del servicio. La incorporación de este perfil profesional es especialmente importante, porque hasta ahora los pacientes debían recurrir a la sanidad privada para solucionar los problemas del ictus vinculados al habla. "Tras el ictus puede haber problemas en el lenguaje, en el habla, en la voz y también disfagia", apunta Iris Mosquera. Por su parte, la fisioterapeuta destaca la buena acogida que está teniendo el servicio entre sus primeros usuarios. "Están contentos porque es un tiempo de dedicación amplio y totalmente enfocado en su recuperación" señala.

Begoña Caraduje e Iris Mosquera durante una sesión de trabajo.

Begoña Caraduje e Iris Mosquera durante una sesión de trabajo. / Tania Cascudo

Los profesionales hacen hincapié en la importancia de actuar con rapidez ante un caso de ictus, una patología cada vez más frecuente: "Tiempo es cerebro. Cuanto antes se actúe, habrá menos daño neurológico", advierten.

La gerente de Jarrio conversa con la fisioterapeuta de la unidad.

La gerente de Jarrio conversa con la fisioterapeuta de la unidad. / Tania Cascudo