Los fieles llenan el santuario de Villaoril: "Pedimos salud y paz"

El arzobispo Jesús Sanz Montes preside ante cientos de devotos la fiesta religiosa en uno de los principales centros de peregrinación del Occidente

Ana M. Serrano

La Virgen de Villaoril recibió este jueves el amor y el reconocimiento de muchos de sus fieles. Centenares de personas, en un día soleado y muy caluroso, acudieron al santuario de la localidad naviega del mismo nombre con un fin: "Verla, rezar y pedirle", tal y como afirmó Conchi Álvarez.  

Esta Virgen obra milagros y así lo creen muchos de los fieles que año tras año, cada 28 de septiembre, se reúnen en el templo. Tocan y besan el manto de la talla religiosa, asisten con atención a misa, esperan la procesión y beben agua bendita en la llamada Fuente Santa de Villaoril. Desde las siete de la mañana hay misas, hasta un total de nueve en toda la jornada. La última, a las siete de la tarde. La más seguida es "la de doce", según los oriundos del lugar. "Vine caminando desde Luarca porque hice una promesa", contó Ana María González. "Soy muy devota de esta Virgen y es de la que espero la ayuda", añadió poco antes de que se iniciase la procesión.

En Villaoril se reunieron personas de todas las edades, muchas de ellas en busca de consuelo y recuerdo. Las hermanas naviegas Trini y Esperanza Veloso se confiesan poco practicantes. Sin embargo, reconocen que "no podemos faltar a Villaoril". Viven el día de fiesta con misa y mirando a la talla, debidamente dispuesta para encontrarse con sus fieles. "Lo hacían nuestros padres y abuelos, ahora lo hacemos nosotras", precisaron las hermanas.

Hay quien llega de más lejos. Adela Rodríguez lo hizo desde Naraval, en el concejo de Tineo. "Vengo siempre; en casa somos muy devotos de esta Virgen", detalló con unas palabras que se repiten entre muchos de los asistentes. María Josefa Alonso, amiga de Adela, es de Busto, en Valdés, y tampoco perdió la oportunidad de acercarse a Villaoril. "Pedimos salud y paz", señaló.

En el santuario la gente busca con dificultad dónde sentarse. No será fácil si se quiere acudir a la misa del mediodía, presidida por el arzobispo Jesús Sanz, quien, en la homilía, habló del acompañamiento en momentos de dificultad que "como una madre, hace la Virgen".

Los valdesanos Geli Mayo, Armando Menéndez y Ángel Rodero, los primeros de Riopinoso y el último de Merás, conocían la festividad religiosa y no dudaron en celebrarla, aunque son conocedores de que "antes había más gente y nos quedábamos todos a merendar". Sea como fuere, se celebró como antaño la procesión y la bendición con agua de la Fuente Santa. La asistente de menor edad fue María Fernández, quien, con un mes de vida, no se perdió la cita religiosa.