A poco más de un mes para que se extienda la alfombra roja de su 55.ª edición, la dirección del Festival Internacional de Cine de Gijón aún desconoce si podrá utilizar las cinco salas de proyección de los Cines Centro, que llevan cerrados desde julio de 2015 tras la liquidación de la sociedad propietaria, Clarín S. L., que no logró superar el concurso de acreedores.

Las negociaciones que se llevan a cabo en los últimos días, y que deberían quedar resueltas, para bien o para mal, la próxima semana, se encuentran en punto muerto, toda vez que los organizadores del festival y el administrador concursal que gestiona los bienes en liquidación no han logrado alcanzar un acuerdo acerca del precio del alquiler de las salas. Aunque la dirección de la muestra gijonesa baraja otras opciones, como el centro municipal de Pumarín Gijón Sur o la recién rehabilitada Escuela de Comercio, ninguna solución parece más acertada que seguir disponiendo de los Cines Centro, por la comodidad de su ubicación, en pleno corazón de la ciudad.

También parece prácticamente descartada la opción de llevar el festival a las salas de los Cines Yelmo, en el barrio de La Calzada, tanto por su lejanía del centro de Gijón como por el alquiler solicitado al Ayuntamiento por la empresa que los explota, muy elevado a juicio de los rectores del festival, que ya el año pasado consiguieron un precio más que aceptable del administrador concursal y que este año están dispuestos a hacer un esfuerzo para alcanzar un acuerdo, que de cualquier forma tendría que ratificar el titular del Juzgado de lo mercantil número 3 de Gijón, que es quien en última instancia ha de ratificar el alquiler de las instalaciones.

La administración concursal y el Ayuntamiento de Gijón, que es quien financia en su mayor cuantía la celebración del evento cinematográfico, están llamados al entendimiento, teniendo presente la importancia del festival para la promoción de la ciudad, ya que el FICX, con más de medio siglo de vida, se ha convertido en uno de los más firmes referentes culturales de la región fuera de sus fronteras. Y que está llamado, de la mano de su nuevo director, el gijonés Alejandro Díaz Castaño, a recuperar el esplendor perdido en los últimos años. Castaño ya ha dado muestras de su valía en la notable programación de las películas de una edición que arranca el 17 de noviembre.

De cara al futuro, y a la vista de que los Cines Centro ya han sido subastados y podrían no estar disponibles en el futuro, el Ayuntamiento debería plantearse la disposición de varias salas céntricas e independientes para el festival, lo que convierte al equipamiento cultural en obras del edificio de Tabacalera en una de las sedes más idóneas.