Billete de vuelta

Cuando "El Butano" nos calentaba

Francisco García

Francisco García

De mis tiempos mozos de reportero guardo en la memoria la imagen imborrable de una de las primeras subidas de la Vuelta Ciclista a España a los Lagos: ver llegar por delante del pelotón, el coche de Antena 3 Radio, con una cabeza que sobresalía, embutida en unos cascos enormes y pegada a una alcachofa de esponja. Era José María García, el rey de las ondas, el justiciero de la medianoche, capitán de un "dream team" de periodistas que no se detenían ante nada y ante nadie, gregarios de lujo como los de la carretera, esos que acompañaban a los líderes de los equipos ciclistas y los llevaban en volandas, para los que García acuñó la precisa denominación de "jornaleros de la gloria". El creador, además, de un nuevo lenguaje radiofónico, patrocinador oficial de insultos que hicieron carrera y que hoy resultarían impensables, dedicados a personalidades relevantes del mundo del deporte, como "abrazafarolas", "lametraserillos" o "estómagos agradecidos". Los espectadores le jaleaban tanto como a los ciclistas, era la estrella de la radio. Y una poderosa máquina de generar ingresos publicitarios.

Con el paso del tiempo, a la gente joven de entonces dejó de calentarnos el Butano, desintonizamos "Supergarcía" y decidimos abrazar la religión iconoclasta de De la Morena y "El larguero". Entonces estalló la guerra entre las dos divas de las madrugadas en la radio, con frecuentes batallas cruentas en la que ambos ejércitos resultaron gravemente damnificados. Ninguno de los dos deben sentirse orgullosos de esa época de zancadillas y navajeo.

García regresa a la gran pantalla, ojo al dato, como protagonista de una serie documental que buscará el retrato más fiable de uno de los mejores comunicadores de la historia del periodismo español, querido y denostado a partes iguales. Y ambos ánimos se los ganó a pulso.

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