Otro pueblo ejemplar en Villaviciosa… y van tres

No son nuevos los Reyes en el concejo, donde antes se reconoció a la Asociación de Amigos del Paisaje "Cubera" y a Poreñu

Los vecinos, celebrando el premio, el pasado 4 de septiembre.

Los vecinos, celebrando el premio, el pasado 4 de septiembre. / Luisma Murias

Miguel González Pereda

Miguel González Pereda

Desde el alto de La Fumarea y Picu Fariu hasta el mar por la ensenada del río España, se extiende un valle recóndito, íntimo, medio escondido entre los montes Osil, Cañedo, Cuétara, Fiensospín, La Llamera y La Llomba. El valle se abre por la parte de El Llantau, por donde cruza el río el puente del viejo camino real de Villaviciosa a Gijón, camino de Santiago, bajo cuya advocación está la parroquia de Pión, que junto a las de Candanal y Arroes han sido galardonadas con el Premio Princesa de Asturias al Pueblo Ejemplar de Asturias 2023, y por las que se esparcen tradicionales caserías y antiguos palacios.

Valle con personalidad propia, paso utilizado principalmente por la trashumancia ganadera de la montaña interior a la costa. Ocupado y vivido desde hace miles de años, asentó un priorato dependiente del monasterio de Valdediós y varios mayorazgos, entre ellos el de la Casa de Jovellanos, llegando a contar durante el Antiguo Régimen con 33 regidores perpetuos, que intervenían en la elección del Juez noble del concejo de Villaviciosa.

Agrícolas y ganaderas por excelencia, en el año 1922, por iniciativa vecinal, impulsaron una Sociedad de Ganaderos, una iniciativa ciudadana de protección mutua con domicilio social en Fonfría y casi un centenar de asociados.

Por aquellos años 20, otro hombre del valle, Ramón Álvarez de Arriba, emigrante en Cuba, deja un legado para la creación de una Escuela de Agricultura en Peón, un proyecto innovador, revolucionario en aquel momento, como lo es que el CTIC cree en la misma finca, tras su donación por la extinta Fundación Ramón Álvarez, un centro con el objetivo de contribuir a aportar soluciones, mejorar la calidad de vida y las capacidades empresariales de las aldeas y comunidades rurales a través de la innovación tecnológica. En este centro, en un tiempo en que la tradición oral está en extinción, los vecinos, niños y mayores, trabajan juntos, recopilando tradiciones, digitalizando documentos sobre la historia y cultura campesina de la zona, en lo que ellos llaman andecha cultural rural-tech, para que esta no se pierda y pueda ser conocida de las generaciones futuras.

La presentación al premio de una candidatura conjunta, muestra esa personalidad y el fuerte valor y tradición asociativa que tienen las tres parroquias, unidas no solo por un paisaje común, también por lazos de vecindad, familiares, históricos y culturales. Una población rural de más de mil vecinos con un modelo económico basado en la agricultura, ganadería e industrias agroalimentarias, que ha sabido innovarse sin perder el carácter tradicional, la entidad y alma de la aldea asturiana, alentando y atrayendo, además, una población joven que incrementa el crecimiento de su población en una región que sufre persistentemente una gran pérdida demográfica.

El jurado del premio ha valorado el asociacionismo y colaboración las tres parroquias, que apuestan por un proyecto de futuro compartido, manteniendo la cultura tradicional de la aldea, y utilizando las nuevas tecnologías como herramientas para conseguirlo, siendo laboratorio experimental y ejemplo para las generaciones venideras de una nueva y viva aldea astur.

Las ejemplares gentes de la Asociación de Vecinos de las tres parroquias, que apuestan y trabajan por ello son las que recibirán el galardón de manos de doña Leonor de Borbón, Princesa de Asturias, a quien acompañarán sus padres don Felipe y doña Leticia y su hermana doña Sofía. Para recibirlos, la gaita de "El Pravianu" tocará sones de aquellos otros gaiteros nacidos en el valle, Ramón García Tuero "El Gaiteru Liberdón", y Ramonín el de Arroes. Conocerán la ejemplaridad de Javier Díaz Fernández y de José Luis Corripio, hijos predilectos de Villaviciosa nacidos en Arroes. La de los llagareros de sidra de las tres parroquias, que estamos en el concejo sidrero por excelencia. Los alumnos del Colegio Rural Agrupado Les Mariñes, les enseñarán a fabricar sidra, jugando al juego de mesa que ellos mismos han creado. Quedarán admirados del proyecto para el medio rural del aula intergeneracional del CTIC. Se sorprenderán, seguro, con el gigante "Galo", el toro campeón de raza asturiana de los valles que pace en los pastos del ejemplar valle. Y volverán a disfrutar del afecto, la gastronomía y de la sidra de Villaviciosa antes de partir.

No son nuevos los reyes en el paisaje de Villaviciosa: en 1991, siendo Príncipe de Asturias, acudió don Felipe a Villaviciosa a entregar el premio Pueblo Ejemplar a la Asociación de Amigos del paisaje de Villaviciosa "Cubera". Al final de su discurso recordaba los versos que una campesina le dedicaba a su antepasado Alfonso XII, siendo este Príncipe de Asturias, tras una visita al Principado, lamentando su marcha y expresando el temor de que nos olvidara. Utilizó don Felipe para ello la lengua asturiana, "como un homenaje a ese tesoro de vuestra cultura en el que expresáis las más profundas y entrañables emociones":

Si ansí ye ¿pa qué viniste?.

¿A facenos enaguar,

y conocéte, y marcháte,

y quiciás non véte más?.

"Podéis estar seguros que mi marcha no hará que olvide este día, como no os olvidaré a vosotros", añadió.

Y cumplió. En 2017, volvió a la aldea de Poreñu, a premiar otro ejemplar modelo para el mundo rural asturiano. Hoy viene al valle del río España, a premiar las parroquias de Arroes, Pión y Candanal.

Merecido premio. Enhorabuena… y van tres.

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