Opinión

Jarros de agua fría

Semana "horribilis" para el PSOE | El escándalo de las mascarillas y el jaque a la presidenta del Congreso | Frustración ferroviaria | El debate sobre las circunscripciones electorales

Koldo García, tapándose ante los medios cerca del juzgado.

Koldo García, tapándose ante los medios cerca del juzgado.

El escándalo de las mascarillas ha sacudido a un PSOE ya sometido a estrés, pero seguramente no haga tambalear a Pedro Sánchez en sus planes para llegar a finales de la legislatura así lluevan chuzos de punta. Pero las incertidumbres judiciales sobre Puigdemont y la negociación presupuestaria pondrán a los socialistas ante las dificultades que supone la debilidad que debe apoyarse necesariamente en alianzas. Mientras, continúa el calendario con las elecciones vascas como próxima parada, seguida de las europeas. ¿Cuántas embestidas será capaz de soportar el ejecutivo de Sánchez?

Existe otro problema que se va gestando poco a poco y que no debe pasar desapercibido: la fallida construcción de Sumar. El espacio de Yolanda Díaz corre riesgo de desmoronarse, igual que le ocurre a los bizcochos cuando la masa se ha mareado demasiado, los ingredientes han estado flojos y ha pasado el momento en el que la temperatura del horno era la adecuada. Y con una izquierda del PSOE en riesgo de fragmentación las expectativas de futuro son aún menos halagüeñas.

Todo pesa y los próximos meses serán duros, con revelaciones de la investigación y decisiones judiciales que podrían poner contra las cuerdas a los socialistas. Si la presidenta del Congreso, Francina Armengol, terminase salpicada por el asunto de las mascarillas, el PSOE tendría muy difícil soportar el escándalo.

En Asturias, el gobierno regional ha recibido un nuevo jarro de agua fría a cuenta de los trenes. El retraso sin fecha de los Avril, llamados a incrementar frecuencias y capacidad de las conexiones ferroviarias por la Variante, se ha recibido con malestar en el Ejecutivo asturiano, aunque ha pecado de buenismo con un Ministerio de Transportes que ha cometido varios errores de comunicación y claridad en lo referido a sus actuaciones en Asturias.

El presidente Adrián Barbón ha encontrado en ello un argumento para volver a sacar su espíritu reivindicativo de "Asturias lo primero", como ya hiciera en su día cuando trascendió la baja ejecución presupuestaria del Ejecutivo central con Asturias. Pero de aquel enfado surgieron varios compromisos de reuniones de seguimiento y comisiones de las que nunca más se supo. Y del cabreo por los errores en las locomotoras que incumplían las condiciones para circular por los túneles de la red de Feve aún habrá que esperar al año 2026 para recibir las unidades sin que por ahora haya un compromiso claro de futuro para la red de ancho métrico. Da la impresión de que las airadas reacciones tienen recorridos muy cortos.

El Gobierno de Asturias necesita incrementar revoluciones porque no parece que vayan a venir tiempos de calma. Por si acaso, el ala de Izquierda Unida del Ejecutivo elevará la voz propia, de modo que es probable que asistamos a tensiones por el discurso político. También hay cuestiones que terminarán tensionando dentro de las filas socialistas, como por ejemplo el debate sobre las nuevas directrices de comercio.

Los populares tratan de modular su discurso del "no", abriendo la puerta a algunos posibles espacios de diálogo con los socialistas, como la reforma del mapa sanitario o la ley de Reto Demográfico. Pero las posibles aproximaciones entre los dos grandes partidos incrementarán las fuerzas centrífugas que tratará de ejercer la izquierda del PSOE.

Entretanto, los principales asuntos siguen rumiándose con calma. Nada sabemos sobre Arcelor, si bien es positivo que el Ministerio de Industria haya respaldado el compromiso para que Asturias mantenga la siderurgia integral. El problema es que al gobierno central le subirá el precio con el que vende las promesas y las buenas palabras. ¿En medio de esta situación está dispuesto el Ejecutivo a abrir el melón de la financiación autonómica y a poner sobre la mesa el reparto de la quita de deuda?

Con semanas de vértigo como esta, las perspectivas de los socialistas para los próximos tres años no hacen sino empeorar. Y eso también tendría consecuencias en Asturias. Algún informe electoral que ha circulado internamente estos días venía a corroborarlo. La paradoja es que las tres circunscripciones que se establecieron en Asturias en su día supuestamente para blindar el peso de las alas pueden hacer que el partido más votado obtenga menos escaños: ocurrió así en 2011. Así que no descarten que vuelva a plantearse si no sería mejor ir a una circunscripción única. El modelo de tres circunscripciones quedó reseñado en la disposición transitoria primera del Estatuto de Autonomía, pero únicamente referido a las primeras elecciones regionales. Quedó luego establecido mediante la ley electoral de 1986, pero el Estatuto no exige que su reforma requiera más allá de una mayoría absoluta parlamentaria. No descarten que esa vieja melodía vuelva a sonar.

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