Opinión

Neolenguas

La RAE tendrá quebraderos de cabeza para la próxima versión de su diccionario

A determinada edad, la mía, te pones muy gallito con eso de que ya lo has visto y oído todo. Si esa idea pasa por tu cabeza, te diré que eres un mazcayu. Muchos filósofos y científicos nos han dado la turra con que la vida cambia a cada paso que da, desde Heráclito de Efeso con lo del paisano que por mucho que se empeñe no se bañará dos veces en el mismo río, hasta la Teoría de la Física Cuántica pasando por la Evolución de Darwin. Y menos mal que la vida y sus componentes mudan y se adaptan a los nuevos tiempos; de no ser así, circular por estos andurriales sería de una monotonía insufrible.

Hago esta reflexión después de escuchar junto a mi nieta, encantadora "teenager", que hizo de traductora, a una influencer de reconocida popularidad. Se lo ponen difícil a los académicos de la Lengua, la selección del nuevo vocabulario para la próxima versión del DRAE les traerá bastantes quebraderos de cabeza. Orvell inventa el Diccionario de la Neolengua en su increíble novela 1984. Según el autor no estaba diseñado para ampliar la capacidad de pensamiento, sino para disminuirla.

Lo mismo ocurre en el ámbito del mundo "influencers", que incorpora a nuestro léxico un imparable contingente de neologismos. Y al lío. Pongan la oreja, habla la influencer:

"Escapé del segundo asalto y bajé al chigre a hacer un ‘drink one culin’. Tino se esmeró escanciándolo. ‘Gracias Tinín, un culete bien echado’, se lo agradecí y le confirmé que tenía mi ‘like’. No me miró con buenos ojos".

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