El patrón mayor de Ribadesella, Manuel Buenaga, asegura que hay zonas del puerto en las que a la mayor parte de las embarcaciones les cuesta maniobrar. "Por la zona de la rula para arriba está muy mal", explicó el marinero antes de asegurar que "con bajamares grandes quedan las lanchas varadas". La construcción del espigón artificial que en Ribadesella protege el puerto deportivo ha provocado que los materiales recalen contra el muelle, una situación que tampoco se alivia con dragados periódicos. "Lo tienes en cuenta y andas arreglándote con la tabla de mareas. Llevas la lancha un poco más abajo o sales un poco antes. Pero si te coge la bajamar de allí no sales", explicó. En Ribadesella aún no han tenido incidentes a la hora de salir a pescar, pero ha sido a costa de estar de forma continua pendientes de las mareas. Por ello urgen el dragado del puerto pesquero, al igual que lo hacen los marineros lastrinos. En septiembre de 2014 el "Nuevo Emperatriz", de 3,8 metros de calado, se quedó varado cuando salía a faenar. Este suceso provocó la protesta de los profesionales, quienes denunciaron que el puerto lastrín "está desatendido en cuestiones de dragado", como entonces lamentó el patrón de la embarcación varada, Eduardo Cuevas.